Ley de los equivalentes o de los pesos atómicos

La tercera ley de Faraday es importantísima; por lo mismo debemos fijarnos en ella un tanto y dar alguna explicación, siquiera sea ligerísima e incompleta, sobre los equivalentes y los pesos atómicos.

Supongamos, como algunos sostienen, que los cuerpos simples están constituidos por últimas e indivisibles partecillas a que podemos llamar moléculas del cuerpo simple, ni más ni menos que un arenal está compuesto de granos de arena; pues bien, estos últimos elementos de los cuerpos simples tendrán un peso determinado, y si no podemos fijar cual sea para cada cuerpo simple, podremos determinar números proporcionales.

Supongamos para fijar las ideas que una sustancia A se combina, molécula a molécula, con otra sustancia B y que el análisis químico nos demuestra que en cada 20 miligramos, por ejemplo, del compuesto hay 14 miligramos del cuerpo A y o miligramos del cuerpo B: claro es que todas las moléculas juntas del primer cuerpo pesarán 14 y todas las moléculas juntas del segundo pesarán 6; pero como hay tantas moléculas de uno como de otro, representando por n el número de estas moléculas, el peso de cada una para el cuerpo A será 14/n y el peso de cada molécula para el cuerpo B será asimismo 6/n; de suerte, que los pesos atómicos o moleculares (porque en estas denominaciones hay cierta confusión) 14/n y 6/n son dos números proporcionales a 14 y a 6, puesto que el denominador n es común.

No podemos fijar el peso de la molécula, porque no conocemos el número n, pero podemos fijar números proporcionales a los pesos de todas las moléculas, determinando los pesos finitos y pesables (y valga la palabra) de las sustancias químicas que entran en las combinaciones.

Verdad es, que esta ley se complica con otra ley química, la de las proporciones múltiples, porque los cuerpos no se combinan molécula a molécula o átomo a átomo, sino que a veces una molécula de determinado cuerpo simple se combina con dos, tres o más de otro cuerpo, de manera que aquella n del denominador ya no es la misma para los dos números proporcionales. Y hay que tener esto muy en cuenta, porque si entran del cuerpo simple B doble número de elementos que del cuerpo A, los pesos atómicos no serán 14/n y 6/n sino por el contrario 14/n 7 6/2n, y así los números proporcionales a los pesos de los átomos no serán 14 y 6, sino 14 y 6/2=3.

De todas maneras conviene advertir que la divergencia en las teorías químicas ha inducido a una doble o, mejor dicho, a una triple denominación para la misma ley química.

Unos la llaman ley de los números proporcionales; otros, ley de los equivalentes; y ley de los pesos atómicos la denomina la moderna escuela atómica.

Otra observación más y concluimos con este largo paréntesis. La escuela atómica supone que las moléculas libres de los cuerpos simples no están formadas, digámoslo así, por una esferilla o corpúsculo impenetrable, indivisible y único, sino que cada molécula del cuerpo simple se compone de dos de estos elementos, a cada uno de los cuales se le puede llamar átomo, llamando molécula al conjunto de los dos, que a veces pueden ser tres o más.

En esta hipótesis, los pesos atómicos serían, no los pesos de los átomos, sino los de la molécula, y los equivalentes químicos serian precisamente números proporcionales a los verdaderos átomos, lo cual se comprende perfectamente, porque como las moléculas son dobles y al entrar en las combinaciones se fraccionan en sus dos elementos, los pesos de estos últimos son los que se equivalen y sustituyen en las combinaciones.

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