Las rutas comerciales terrestres de los árabes

Los árabes desde muy antiguo se habían dedicado al comercio, favorecidos por la situación de la península arábiga, entre el mar Rojo y el golfo Pérsico, entre el Egipto y la India.

Por medio de caravanas llevaban y traían las mercancías de apartadas regiones, y así se desarrolló su afición a los viajes y pudieron con observaciones, aunque no muy científicas, contribuir al progreso de la Geografía.

Cuando Bagdad llegó a ser el centro político del Imperio, fue también el centro comercial de Oriente, como lo había sido la antigua Babilonia.

Los árabes traficaron en Asia, África y Europa, por tierra principalmente. Su comercio en Asia, partiendo de Bagdad, llevaba tres direcciones; una hacia el Oriente hasta la India y la China, otra al Sur hacia al Egipto y Abisinia, avanzando hasta la costa de Berbería y la tercera hacia el N. por el Cáucaso y el mar Negro.

La primera ruta, pasando por Ispahán y Teherán en Persia, internándose por el Korasan y la Bujaria, y descansando en Nisabur, o en Meru, o en Herat, llegaba a la antigua Bactriana, desde donde se tomaba rumbo a la India a partir de Bajl, o a la China en Samarcanda.

Importaban las caravanas que seguían este camino, tejidos, bordados, joyas y quincalla de Bagdad, Mosul, Nísibe y Basora; azúcar, aceite, azafrán, chales, caballos, y minerales de que se surtían en Persia y Afghanistán: descargaban por lo general en Balj y Samarcanda, y regresaban con productos de los países recorridos y de los que había almacenados en grandes factorías pertenecientes a la India y a la China.

Las caravanas del Sur, atravesando la Siria, hacían alto en Damasco, dividíanse en el istmo de Suez, y unas entraban en Egipto y llegaban hasta la Abisinia, o tomaban rumbo a las costas de Berbería, y otras se internaban en la Arabia y después de descansar en la Meca, seguían hasta el estrecho de Bab-el-Mandeb, donde dejaban los artículos manufacturados que iban a la India, y recogían marfil, nácar, maderas finas, canela de Ceilán, y dentro de la Arabia, café de Moka, incienso, mirra y pieles, y también papiro del Egipto y cristales de Sidón y Tiro.

El tercer camino cruzaba las campiñas de Armenia hasta el Caspio o el mar Negro. Había en Tifus grandes almacenes, y desde esta plaza proseguía la línea comercial por Oriente hasta el Cáucaso y por Occidente hasta el mar Negro y países comprendidos entre el Volga y el Danubio, donde los árabes hicieron conocimiento con los rusos que llevaban el comercio de aquéllos hasta el septentrión de Europa. A cambio de los productos de oriente, daban Vilgaros y rusos pieles de armiño y castor, acíbar, miel, cera, cáñamo, maderas y ganados.

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