Las pieles de animales como primeras armaduras

En un principio debieron servir como armas defensivas las pieles de animales, que tal vez fueron las primeras que usara el hombre prehistórico; Hércules, que en su calidad de héroe vivió, según la tradición mitológica, en la Edad heroica, aparece representado en los monumentos del periodo arcaico con la piel del león de Nemea, dispuesta de modo que la cabeza del animal adaptada a la del héroe le sirve de casco y el resto de la piel cubre el cuerpo, estando enlazadas sobre el pecho las manos.

En apoyo de la expuesta hipótesis puede tomarse en cuenta el hecho de que los indios de la América del Norte usan hoy pieles de oso o de otros animales, para cubrirse la cabeza. Si el hombre prehistórico, en efecto, aprovechó las pieles de los animales muertos por él en la caza para que le sirvieran de defensa, no es de extrañar que en los monumentos aparezcan Hércules y otros guerreros con pieles de animales por defensa. En un cofre funerario etrusco, en el cual se ve figurada la lucha de Etocles y Polynice, hay una figura que lleva a manera de casco una cabeza de león.

Entre los pueblos germánicos existió esta misma costumbre, y los cornetas de los ejércitos romanos del período imperial llevaban también una piel de pantera.

El casco de cuero, puede considerarse como antecesor del casco de metal; y tenía su razón de ser el casco de cuero, pues Dióniedes en la expedición nocturna que hizo con Ulises llevaba un casquete de piel de toro, temeroso de que el brillo del casco de bronce pudiera delatarle.

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