Las artes liberales

Los antiguos clasificaban las artes de muy distinta manera: llamaban artes liberales a las que en su ejercicio sólo requerían operaciones de la inteligencia y podían por lo tanto ser cultivadas sin deshonor por los hombres libres; y por oposición llamaban artes mecánicas o manuales a las que, por exigir un trabajo manual, sólo eran propias de los siervos. Esta clasificación varió con los progresos de la civilización y de las ideas.

Hubo un tiempo en que sólo cuatro eran consideradas artes liberales: la Gramática, la Retórica, la Dialéctica y la Geometría.

En el siglo v de nuestra Era, el gramático Marciano Capella las hizo subir a siete, y dedicó un libro a exponer las reglas de cada una de ellas. Agregó a las cuatro mencionadas la Música, la Aritmética y la Astronomía.

Conservóse esta división durante la Edad Media, y para que los escolares la retuvieran en la memoria se compuso el siguiente dístico, en que entraban los nombres abreviados y las definiciones de cada una de ellas:

Gram. loquitur; Dia. vera docet; Rhet. verba colorat;
Mus, canit; Ar. numerat; Geo. ponderat; Ast. colit astra.

En otro verso, de muy abreviadas definiciones, se nombraban también las siete artes liberales de esta manera:

Lingua, Tropus, Ratio, Numerus, Tonos, Angulus, Astra.

Las tres artes designadas en el verso primero de aquel dístico constituían el trivium o sea la triple vía (tres viae) que conduce a la elocuencia; las otras cuatro, el quadrivium, es decir las cuatro vías por donde se alcanzaban la ciencia y la sabiduría.

La Teología, la Medicina y la Pintura no figuraron entre las artes liberales sino más tarde.

Volver a ARTE – Inicio