Las arterias en anatomía y fisiología

Daban los griegos el nombre arteria, a la tráquea, los autores hacen derivar aquel nombre de aire y conservar; más tarde en la creencia de que las arterias contenían aire, dieron a este orden de vasos igual denominación.

En la Anatomía actual se llaman arterias los vasos que llevan sangre del centro a la periferia, esto es, del corazón a los capilares.

Las arterias, en el hombre y en los animales superiores, forman dos sistemas, el aórtico y el pulmonar, cada uno de los cuales tiene la disposición de un árbol cuyo tronco se implanta en un ventrículo cardíaco y cuyas últimas ramificaciones abocan a las redes capilares.

El tronco del sistema o árbol aórtico es la arteria aorta, que arranca del ventrículo izquierdo. Todas las arterias de este sistema llevan sangre arterial y sus ramificaciones últimas terminan en la red capilar general.

El tronco del sistema o árbol pulmonar es la arteria pulmonar que tiene su origen en el ventrículo derecho; las arterias de este árbol conducen sangre venosa y terminan sus últimas ramificaciones en la red capilar pulmonar.

No forma cada arteria un órgano aislado, sino que son porciones del sistema de canales o conductos de riego, que se llama sistema circulatorio y se continúan unos en otros sin interrupción anatómica. Toda arteria continúa otra arteria; los troncos se dividen en subtroncos, los subtroncos en ramas, las ramas en ramos, y éstos en ramitos; disminuyendo de calibre a medida que se van alejando del corazón y ramificándose. Las últimas ramificaciones, y en general, las arterias finas, suelen llamarse arteriolas.

Comparando el calibre de una arteria al de las ramas que emite, se ve que la suma de los calibres de estas superan al del vaso de que proceden; de suerte que si se reuniesen con el pensamiento todas las divisiones arteriales, y las consideramos extendidas en superficie, se obtendría un cono (para cada sistema) cuyo vértice estaría representado por la superficie de sección de la aorta (o de la arteria pulmonar) y su base por la superficie de sección ideal de los ramúsculos arteriales últimos en continuación con los vasos capilares.

Las ramificaciones arteriales no son siempre dicotómicas; las ramas se dividen en colaterales y terminales según arranquen lateralmente del tronco o continúen su dirección terminando el tronco en ellas. Las ramas parten de los troncos generalmente en ángulo agudo, que es la disposición más favorable para la circulación; algunas veces en ángulo recto, como las arterias renales, y hasta en ángulo obtuso, como las intercostales aórticas, en cuyo caso el curso de la sangre es recurrente.

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