Las arañas, sus nidos y sus crías

Las hembras de todas las especies sin excepción de ninguna clase, se sirven de los hilos para resguardar los huevos, pues si bien estos animales son crueles hasta la exageración con todos aquellos que caen en su poder, con sus hijos se muestran tan cariñosos, que sin inconveniente puede presentárseles como modelo de buenas madres. Los machos no se acuerdan para nada de su prole.

La puesta, que ha sido observada con gran detención, se verifica del modo siguiente. Cuando la hembra conoce que llega la época de poner, prepara un nido hemisférico de hilos, dejándole libre si pertenece a una especie corredora, y colgándole de la tela si es tejedora.

Cuando el nido se halla terminado, se coloca encima la hembra y deja en él los huevos que salen por la abertura de la vagina y que al caer en el nido forman un montoncito redondo; descansa la hembra breves momentos al cabo de los cuales lanza algunos hilos sobre la puesta, pero por sus movimientos inseguros e indeterminados se comprende que aun falta hacer algo importante antes de tapar la puesta. De repente la hembra coloca el vientre de nuevo sobre los huevos y echa sobre ellos un líquido muy claro que sale de la vagina y que es absorbido por aquéllos antes de que pueda mojarse en lo más mínimo el nido.

Al recibir este baño aumentan los huevos de tamaño considerablemente, de manera que sería imposible que pudieran estar contenidos en el vientre de la hembra. Según la opinión de autorizados naturalistas, este líquido proviene de las bolsas espermáticas, que se hallan entonces muy dilatadas, y sale mezclado con la esperma del macho, resultando de aquí que la verdadera fecundación no se verifica hasta aquel momento

La madre queda entonces inmóvil y se ve claramente que se halla muy fatigada; un momento después se levanta y comienza a cubrir rápidamente el nido. La cubierta se compone en las arañas corredoras de dos telas sobrepuestas, muy espesas y de forma hemisférica. Una vez terminada, sujetan el nido por medio de algunos hilos a su vientre y desde entonces le llevan consigo.

Algunas especies de corredoras, si bien muy pocas, hacen hoyos en el suelo y colocan en ellos el nido.

Las que viven en telas suelen colgarle, bien en la misma tela o bien en algún sitio conveniente cerca de ella; algunas de estas últimas se cuelgan también los nidos del vientre, pero sólo son algunas excepciones.

Por regla general los araneidos se reproducen a mitad de verano, tardando la incubación de tres a cuatro semanas cuando la temperatura es favorable. Tres o cuatro géneros de arañas ponen sus huevos a fines verano y los colocan en sitios abrigados en los cuales invernar.

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