Las arañas en la historia y la mitología

Los antiguos conocían ya perfectamente a las arañas y generalmente las miraban con respeto y consideración.

Los indios la presentaban como modelos de la laboriosidad y entre ellos era muy mal mirado el que las mataba o destruía sus telas.

Los griegos también se fijaron en estos animales y en sus leyendas y tradiciones los hicieron figurar muchas veces. Aún se conserva una tradición en que se dice que Aracne, hija de Idmon, había aprendido de Minerva el arte de tejer, llegando en él a tal perfección que se atrevió a desafiar a la Diosa su maestra. Minerva tomó la figura de una vieja para disuadirla de su empeño y lograr que abandonara tan loca idea; pero todo fue en vano. Aracne hizo un tejido en el que representaba los amores de los dioses y cuando estuvo terminada la obra, Minerva, irritada, la rompió. Aracne al ver su obra destruida se ahorcó de desesperación. La diosa la devolvió la vida, pero la convirtió en araña para que tejiera a su antojo. De aquí hacen muchos nacer la etimología de la palabra araña.

Salomón la presentaba como símbolo de la aplicación, del amor a las artes, de la prudencia y de la virtud.

Los aracneidos, para terminar, han tenido en todas las épocas y en todas las naciones defensores ardientes y hoy más que nunca, se hace justicia a tan laboriosos animales.

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