Las agujas en tiempos históricos

Que el uso de este instrumento precedió a las gentes que poblaron definitivamente la Grecia y la Italia, lo atestigua la Filología, pues los términos que expresan en griego y en latín la idea de la costura y de sus instrumentos, tienen su raíz en el sanscrito.

Cuando apareció el bronce, sirvió este metal en unión del hueso, del marfil y las maderas duras, y también el hierro, para la fabricación de agujas.

Merced a las excavaciones practicadas en Egipto, se conocen agujas de bronce del tiempo de los Faraones, algunas largas y con un agujero imperceptible en un extremo. Las agujas de cabeza egipcias llevan frecuentemente por remate un mono sentado, o un prisionero negro con las manos atadas. También se han descubierto acericos en forma de tortugas con el caparazón salpicado de agujeros; los hay de oro y de madera.

Las egipcias usaban agujas de madera y de marfil, con la punta redonda, para teñirse las cejas y los párpados con negro de antimonio, conservándolas en estuches de maderas preciosas y formas artísticas, embellecidos con pinturas.

Las mujeres de los pueblos orientales de la antigüedad emplearon también agujas de cabeza para sujetar los bucles y otros artificios del peinado. En Chipre se ha encontrado un alfiler fenicio de plata, de cabeza esférica y calada, primorosamente hecho.

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