Las actitudes en ortopedia

Las actitudes o posiciones del cuerpo producidas por la acción muscular voluntaria pueden ser de tres clases:

1° Actitudes fisiológicas, unidas al ejercicio de diferentes actos funcionales.

2° Actitudes habituales, diversas en los distintos individuos, resultantes de la organización personal y de la frecuente repetición de ciertos movimientos.

3° Actitudes viciosas, determinadas por causas patológicas o por una dirección desviada del tipo normal impresa al sistema muscular por la voluntad o por los impulsos instintivos.

Distínguense las actitudes viciosas de las deformidades propiamente dichas en que dependen sólo de irregularidades en la acción fisiológica sin alteración ninguna de la conformación de las partes, por lo cual las deformidades reales son permanentes mientras que las actitudes viciosas pueden desaparecer momentáneamente por el esfuerzo del sujeto o por una impulsión extraña.

Desde el punto de vista ortopédico, las actitudes pueden considerarse como causas, como efectos y como medios de tratamiento de las deformidades del sistema óseo.

1° Las actitudes pueden influir sobre la conformación del cuerpo. Por la dirección que imprimen a la acción de la gravedad o por las desigualdades de tensión, de acción y de fuerza, que pueden determinar en los músculos antagonistas. Estos dos órdenes de influencias se reúnen en muchas circunstancias.

2° Las actitudes producidas por las deformidades, permanentes o temporales.

3° Las actitudes como métodos de tratamiento de las deformidades. Pueden considerarse, en efecto, como medios profilácticos y terapéuticos.

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