La química agrícola y los abonos

A todo esto, la química agrícola había quedado definitivamente establecida el día en que Gay-Lussac dio un procedimiento exacto para la determinación del nitrógeno en las materias orgánicas, y cuando demostró el papel de los principios nitrogenados en las semillas, y en general en los órganos de los animales y vegetales destinados a asegurar la reproducción de las especies.

De la misma manera que se había descubierto la gran utilidad de añadir marga o caliza a las tierras arcillosas silíceas, se puso también en evidencia la importancia y función del fósforo y de la potasa en la vegetación, y se enseñó a añadir fosfatos y sales de potasa a las tierras pobres en estos elementos.

La teoría de los abonos complementarios de Chevreul recibió brillante demostración, fundándose escuelas en donde la enseñanza agrícola ha llegado poco a poco a la altura en que debe colocarse, y en ellas se van formando agricultores instruidos, cuya emulación se sostiene por concursos oficiales y se aviva por asociaciones agrícolas que fomentan la discusión y propagación de las conquistas cientfficas modernas que tengan relación con la agricultura.

Cada día aparecen revistas y periódicos agrícolas que no se contentan con registrar recetas empíricas, sino que someten las teorías a una crítica cada vez más severa y acostumbran el gusto del público a la discusión y al libre examen.

Boussingault fue el primero que demostró que no es cierto haya equilibrio entre la cantidad de materias nitrogenadas y de principios minerales existentes en el suelo después de una roturación, añadiendo los principios suministrados por el estiércol, y, por otra parte, las materias separadas por los productos recolectados y exportados.

La necesidad de restituir al suelo elementos procedentes de fuera de la explotación, ha sido desde entonces puesta bien en claro, coincidiendo perfectamente estos trabajos con las ideas desarrolladas por Liebig en Alemania y que sirvieron de base a la aplicación de los abonos minerales; la agronomía recibió de Boussingault una base sólida que el ilustre sabio ha ensanchado constantemente con un gran número de memorias contenidas en su publicación titulada Agronomía, química agrícola y fisiológica.

Actualmente los libros sobre agricultura que por todas partes se publican, se han multiplicado casi hasta lo infinito. En lo que Behan realizado también progresos inmensos, ha sido en el empleo de máquinas y abonos, en la cría y mejora de los animales domésticos y en la educación de las clases agrícolas. La construcción de instrumentos para la agricultura se ha convertido en una gran industria que ha creado fábricas y talleres importantísimos y vastos establecimientos comerciales que han contribuido muchísimo al desarrollo de la riqueza pública y al aumento da la prosperidad general.

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