La presión del aire

Otra de las propiedades más interesantes del aire, es la presión que ejerce sobre la tierra y todos los objetos que en ella se encuentran.

Supuesto que el aire es un cuerpo material, es claro que ha de estar sujeto a la ley general de la atracción de la materia, y por tanto ejercer una presión proporcionada a su masa hacia el centro de la tierra.

A pesar de ser esta presión causa de muchos fenómenos puramente visibles y fáciles de estudiar, no ha sido reconocida hasta el siglo xvii, año de 1642, en que Torricelli construyó el barómetro.

La elevación de los líquidos en las bombas, y muchos fenómenos referentes a la ebullición de los mismos líquidos, a la combustión de los cuerpos y a la vida de los seres en las altas montañas, debidos todos a la presión atmosférica, fueron durante mucho tiempo atribuidos a las causas más arbitrarias y peregrinas.

Torricelli, primero, en Italia, y Pascal en Francia, cuatro años después, fueron quienes demostraron la existencia de la presión atmosférica, y que ésta era la que equilibraba una columna de mercurio de 760 milímetros por término medio, de agua de 32 pies, resultando de este modo, no solo probada la presión atmosférica, sino medida.

Por este mismo tiempo también, en 1650, un alemán, Otto de Guericke, inventó la máquina neumática, aparato con el que puede extraerse el aire de un recinto, casi por completo y dio de esta, suerte otro medio de comprobar la presión atmosférica. En efecto, el rompe-vejigas, los hemisferios de Magdeburgo, las ventosas, etc. demuestran que esta presión se ejerce en todas direcciones, es decir que la presión de arriba abajo que la gravedad determina en el aire, es trasmitida y ejercida después por éste, a causa do su elasticidad, en todos sentidos.

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