La localización del alma según la filosofía moderna

Entienden hoy todos los filósofos que el alma, que no puede estar contenida en un punto particular del espacio, no debe ser circunscrita a una parte determinada del cuerpo.

Como toda la vida fisiológica está animada por el espíritu y recíprocamente toda la de éste condicionada por el cuerpo, ambos están unidos totalmente, según la comprueba la observación y sin que el alma resida en parte determinada del cuerpo, sino, como decían los Escolásticos, “tota in toto corpore et qualibet parte”, en todo el cuerpo y en cada una de sus partes.

Han pensado después los filósofos, transformando el problema según dejamos indicado, que, en vez de asignar al alma un sitio imaginario, se debe indagar los órganos mediante los cuales recibe las impresiones del cuerpo o imprime en él su propia influencia. Así ha distinguido Bichat una vida orgánica, sin conciencia, y otra de relación acompañada de conciencia y sensibilidad.

A las de Bichat han seguido experiencias más detenidas, para distinguir los nervios sensitivos de los motores. Como el alma, auxiliada por el sistema nervioso, es ser dotado de receptividad y espontaneidad universales, esta misma universalidad se traduce en la acción y reacción recíprocas que alma y cuerpo mantienen dentro de la unidad humana y que so expresan principalmente merced a la correspondencia de la fantasía con el sistema nervioso neuropsíquico, distinguido en nervios que sirven para recibir las sensaciones y nervios destinados a trasmitir los movimientos.

Resulta, pues, que el cerebro, sitio donde residen los centros nerviosos superiores, los denominados centros de ideación, es el punto de partida para la comunicación entre los dos principios.

Pero cuando se ha querido ir más lejos, pretendiendo señalar a cada facultad, a cada orden de ideas, a cada dirección de la actividad moral, un órgano específico en el encéfalo, se ha caído de nuevo en los errores del antiguo materialismo, errores mecánicos, al reproducir lo estrambótico de las conclusiones de la Frenología, y errores dinámicos con el Organicismo y con la debatida cuestión de la localización de las facultades anímicas, que vamos a examinar, procurando determinar taxativamente con todo el grado de exactitud que el análisis consienta, la relación del cerebro con el pensamiento.

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