La B como sonido

Considerada la B como sonido, es una consonante muda, labial o bilabial dulce. Se pronuncia esta letra uniendo ambos labios y produciendo una ligera explosión al separarlos para dar salida al sonido vocal.

Constituye con las demás consonantes labiales las articulaciones más fáciles, razón por la cual las sílabas que los niños balbucean al comenzar a hablar son aquellas en cuya composición entran la b, p o m con alguna vocal.

Tienen esta consonante todos los pueblos, a excepción de algunos que son indígenas de la América del Norte y carecen en sus idiomas de sonidos labiales.

La analogía de la articulación que representa la B con las demás articulaciones labiales ha silo causa de que en todos los idiomas se confunda frecuentemente con la p, v, f y m y de que en las lenguas derivadas se cambie por otra de sus letras similares al pasar del idioma originario.

En hebreo existen frecuentes ejemplos del cambio y análogas permutaciones se hacían por los diversos pueblos de Grecia. Los eolios no sólo permutaban entre sí las distintas labiales, sino que también al signo de aspiración que los gramáticos distinguen con el nombre de espíritu áspero sustituían una B. Los espartanos y los macedonios la escribían con frecuencia en vez de la F. Los dorios la permutaban con la gutural G. Todos estos pueblos griegos cuando se veían en la precisión de escribir nombres que en latín llevaban V la permutaban en B.

Los latinos en las palabras derivadas del griego sustituían la b a la f y a la p, escribiendo, por ejemplo, Burro por Pyrro. Las incorrecciones ortográficas que presentan los monumentos romanos, en los cuales se hallan con frecuencia las palabras optinuit, apsens, pleps, etc. por obtinuit, absens, plebs, indican que la pronunciación de las dos labiales b y p no estaba muy definida entre los latinos de la Edad Antigua.

Caldo el Imperio romano, la incorrección en cuanto a la pronunciación y a la escritura de la b y de las demás labiales fue en aumento, circunstancia que explica satisfactoriamente el cambio que sufrieron muchas palabras latinas al pasar a los idiomas romances. En estas transformaciones la letra con la cual la b se permuta más frecuentemente es la p. Así, de aperire, capra, recipio, caput, capillus, han resultado las voces castellanas, abrir, cabra, recibo, cabeza, cabello.

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