La asociación de ideas, el tiempo y el espacio

En lo que se refiere al tiempo y a la percepción concreta de sus dimensiones, precisa tener en cuenta la simultaneidad de los acontecimientos dentro de un mismo instante de la duración y el proceso sucesivo, según el cual los fenómenos aparecen. Base es la primera de los sincronismos, en que se recuerdan sucesos coetáneos, de los que han tenido lugar en un mismo momento del tiempo (la paz universal, por ejemplo, en tiempo de Augusto y el nacimiento de Cristo), y fundamento el segundo o sea la jerarquía sucesiva del orden cronológico, según el cual debe ser estudiada la ciencia histórica.

Auxilia la simultaneidad el estudio comparativo, dentro de determinadas épocas históricas, de sucesos, pueblos y civilizaciones distintas, mientras condiciona la sucesión el engrane gradual de unos con otros acontecimientos, a cuya virtud puede y debe ser considerada la historia como un gran drama.

En cuanto al espacio, el principio de la contigüidad sugiere como en línea indefinida la conexión inalterable del recuerdo, excitando a la representación intelectual según la solidaria conexión de unos con otros objetos dentro del sitio que ocupan.

Sirve este principio para explicar las particularidades sin cuento, que a granel ofrece la memoria local, que, si bien se halla ligada con la constitución funcional de nuestro organismo (Ribot, Les Maladies de la Mémoire), se produce, dentro de las condiciones normales, obedeciendo a la continuidad del espacio mismo como la forma de la coexistencia de los objetos.

Merced a la conexión objetiva de la materia del recuerdo o al parentesco subjetivamente establecido por nosotros entre las impresiones ya recibidas, la semejanza es eco que repercute también, facilitando el ejercicio del recuerdo. La prontitud con la cual la copia despierta la idea del original o el modelo la obra de arte es ejemplo de lo que decimos.

Esta homogeneidad interna o sólo aparente de los distintos objetos del recuerdo sirve de causa ocasional, más o menos fundada y en grado excesivo o lejano, al arte de la mnemotecnia, y juntamente da el principio en que se fundan la metáfora y la alegoría. Aplicaciones secundarias de esta misma conexión son los juegos ingeniosos de palabras con los equívocos, sinónimos y homonimias.

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