Fundada en los principios y teorías más elementales de la Física, ayudada en su desenvolvimiento con los poderosos recursos de la Matemática, y regida en sus concepciones por las sublimes enseñanzas de la Estética, la Arquitectura es a un tiempo arte bella y arte útil, y es el ramo de la humana actividad que más se asemeja en su modo de ser a la Naturaleza por la admirable armonía con que funde todos los elementos del saber, para satisfacer a un tiempo a la razón y al sentimiento.

En cuanto el hombre ejecuta se encuentra, como en la Arquitectura, ciencia en los principios, mecanismo en la producción, belleza en el resultado; pero por lo general predomina alguno de estos componentes de tal modo, que deja oscurecidos a los demás.

Así en los estudios matemáticos apenas se ve otra cosa que el elemento científico y que lo absorbe todo; en la Pintura o Estatuaria brilla exclusivamente el efecto estético; las tareas de los menestrales se hallan reducidas a rutinarias prácticas.

Por eso es la Arquitectura el modelo más acabado de todas las artes, y aquella cuya comprensión es más vasta; y lejos de imitar a la Naturaleza, como por mucho tiempo se ha pretendido, se vale de las leyes naturales, recta y diestramente interpretadas, para crear lo que en la Naturaleza no existe y reclaman las necesidades materiales e intelectuales del hombre.

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