La arqueología y la historia del arte

Porque el estudio de un edificio antiguo con referencia al uso a que se destinaba, la clasificación de sus partes, de la disposición de las mismas según el objeto a que respondían, ¿puede corresponder de derecho a la Historia del Arte? El análisis crítico y frecuentemente filosófico de la Mitología figurada, de la Iconografía, de la Simbolografía, ¿debe ser patrimonio de la Historia del Arte? Las investigaciones referentes a la técnica de las artes Industriales, al conocimiento de la Indumentaria, de la Panoplia, de la Suntuaria, ¿á cuál de las ramas del saber humano pertenece exclusivamente sino a la Arqueología? ¿Puede el Arte decirnos las piezas y postura de la armadura de torneo?; ¿los mecanismos empleados para armar las ballestas?; ¿la clase social a que correspondiera un vestido?; ¿el uso a que se destinara un mueble y su significación en la vida antigua?

Ocurre con mucha frecuencia tener que clasificar objetos arqueológicos sin tener que echar mano para nada de la Historia del Arte. Claro está que en lo referente a la Arqueología del Arte, incluyendo en ésta las artes Industriales y las Suntuarias, el conocimiento de la complicada evolución del gusto artístico sirve de guión, de base.

Y es porque, como en Arqueología hay que proceder de lo conocido a lo desconocido, y lo más visible que se ofrece en la simple contemplación de un objeto o monumento es la fisonomía artística, por eso se toma el Arte como punto de partida; y, sin embargo, ¡en cuántas ocasiones el resultado de las investigaciones esencialmente arqueológicas ha venido a contradecir lo que a la simple vista parecían declarar los caracteres artísticos!

El conocimiento estético e histórico del Arte sirve de punto de partida al arqueólogo; pero nada más que de punto de partida. Hojéense los catálogos de los Museos, y se verá que los monumentos figurados se clasifican por sus representaciones, no por sus caracteres artísticos; las armas, trajes y mobiliario, por el uso a que se destinaran, no por sus caracteres artísticos. En cambio, las colecciones de cuadros se clasifican por escuelas, siguiendo el proceso del Arte.

Pero así como es imposible el conocimiento de la Mecánica sin poseer la Matemática y la Física, de igual modo es imposible el conocimiento de la Arqueología sin la base de la Historia del Arte. Esta tiene por fin conocer la expresión plástica del sentimiento estético de los pueblos y las causas determinantes de la evolución histórica de los mismos; y aquélla, no solamente abraza estos extremos, sino todo cuanto pueda dar a conocer el medio social en que se desarrollara la vida antigua en cualquiera de sus manifestaciones.

La Arqueología estudia la historia de la humanidad desde un triple punto de vista. Es decir, que cuando el arqueólogo estudia la Arquitectura y las Artes figuradas, investiga las creencias e instituciones: cuando estudia las industrias y el Arte mismo, inquiere los adelantos del trabajo humano; y cuando estudia la Suntuaria, tiende a trazar la historia de los usos y costumbres.

De manera que la Arqueología propiamente dicha, o sea la Arqueología del Arte, puede clasificarse en tres agrupaciones: Bellas Artes, Artes Industriales y Artes Suntuarias; pero teniendo en cuenta que, tomando el Arte como punto de partida, hay que caminar al conocimiento de la vida social de los pueblos.

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