La arqueología en el período de los humanistas

En este primer período, el de los humanistas, éstos ponían a contribución los textos de los autores antiguos para interpretar las inscripciones de lápidas y monedas, pues las primeras ramas cultivadas de la ciencia, fueron la Epigrafía y la Numismática.

Este movimiento científico se inició y aun localizó especialmente en Italia, donde más vivo se había conservado el recuerdo de la antigüedad. El Dante fijó su atención en las inscripciones antiguas que halló transcritas en viejos manuscritos. El Petrarca estudió con interés las monedas de los tiempos clásicos. Lorenzo de Médicis protegió en Florencia la fundación de la primera enseñanza pública de Arqueología.

Pero entonces confundían lo griego con lo romano, desconocían lo etrusco, no apreciaban el proceso de los estilos artísticos, no consideraban a monumentos y objetos, más que como documentos históricos, tal como entonces se entendía la historia; así que para ellos Arqueología era el conocimiento de la antigüedad, no de las antigüedades.

En aquel tiempo se distinguieron en España los humanistas, don Rodrigo Sánchez de Arévalo, obispo de Palencia, Ambrosio de Morales, Zurita, don Antonio Agustín, don Gaspar de Castro, don Luis Lucena, el Conde de Guimerá, el Duque de Villa-hermosa, el cronista regio Florián de Ocampo y Diego Covarrubias de Lupa.

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