La armadura en física

Recibe la denominación de armadura, cada una de las dos guarniciones metálicas de la botella de Leiden y en general de todos los condensadores eléctricos. Se diferencian entre sí llamándolas armadura exterior y armadura interior.

Se llama también armadura la pieza de hierro que sufre la acción atractiva de los imanes y de los electroimanes. Esta pieza es la parte principal de todos los aparatos electromagnéticos, puesto que por su intermedio puede originarse instantáneamente un movimiento a distancia bajo la influencia de imantaciones y desimantaciones sucesivas, operadas por el paso o interrupción de una corriente eléctrica a través de un imán temporal o electroimán.

La disposición de las armaduras puede variar mucho: unas veces consisten en prismas de hierro dulce que estando articulados por los dos extremos, pueden moverse angularmente delante de los dos polos de un imán; un resorte antagonista es el que produce entonces los movimientos inversos a los provocados por la acción eléctrica; otras veces estos prismas de hierro no son articulados sino por un solo extremo, y el movimiento sensible no se produce más que en el extremo opuesto.

Hay ocasiones en que las armaduras en vez de ser de hierro dulce están formadas por imanes, a fin de no producir efecto mecánico sino por la influencia de una sola de las corrientes que se transmiten.

Y no faltan casos, en fin, en los que estas armaduras siendo de hierro dulce, tienen la ventaja de las armaduras imantadas, polarizándolas por la acción de un poderoso imán colocado junto a ellas. En este caso se llaman armaduras polarizadas y son generalmente preferidas a las armaduras imantadas, porque no pueden desimantarse y resisten con más energía.

Otras veces las armaduras en vez de estar compuestas de prismas de hierro de una sola pieza, están formadas de cierto número de laminitas de hierro yuxtapuestas y se llaman armaduras múltiples.

La forma y dimensiones de las armaduras dependen del efecto que han de producir. Si han de ejercer gran fuerza, deben ser gruesas y presentar una gran superficie. Si han de producir fuerzas débiles pero movimientos rápidos, deben ser lo más pequeñas posibles a fin de que su fuerza de inercia se reduzca al mínimum y su desimantación pueda hacerse inmediatamente.

Las armaduras, en efecto, como el resto de los electroimanes, están sometidas a una acción llamada magnetismo remanente que se desarrolla tanto más, cuanto mayor es la masa de la armadura, razón por la que las armaduras múltiples producen buenos efectos, aunque su fuerza sea menor que la de las armaduras gruesas de las mismas dimensiones.

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