La armadura en arquitectura

Se llama así al conjunto de piezas de madera, hierro u otra materia, destinado a recibir el tejado con que se cubre un edificio.

La forma más sencilla de armadura se compone de tres piezas: una horizontal, llamada tirante; y dos inclinadas, según la pendiente del techo, que se llaman pares, formando entre las tres un triángulo isósceles. Los pares se unen por sus pies a las extremidades del tirante por ensambladuras de barbilla, reforzadas con bragueros de hierro, colocados en sentido normal a la pendiente del techo, y por el vértice según una junta vertical con una llave embutida, o por ensambladura, a media madera con clavijas.

Por lo general se refuerzan las armaduras con otras piezas que enlazan los pares con el tirante, y entonces comprenden las siguientes: los dos pares, el tirante, un pendolón sobre el que van la hilera y las cabezas de los pares, y dos jabalcones que refuerzan los pares en los puntos que el peso de las correas podría encorvar. El pendolón impide la flexión del tirante por su medio.

Cuando es grande la luz de la armadura y largos por lo tanto los pares, hay que sostenerlos con una pieza horizontal intermedia llamada puente: si se teme la flexión del tirante, se le suspende del puente por una péndola; mas en la mayoría de los casos se la suprime para utilizar el hueco de la armadura, y lo mismo sucede con los jabalcones que a veces se colocan para sostén del puente, reemplazándolos por escuadras de hierro.

Para mayores luces se pueden reforzar los pares duplicándolos, refiriendo el esfuerzo a los muros. Si se quiere dejar más espacio en la cubierta del edificio para establecer habitaciones, puede bajarse el tirante por debajo de la cornisa, uniéndolo a los pares por tornapuntas, que se aseguran con cepos al pie de aquellos. A veces los pares no llegan a dichos cepos, y entonces la armadura consta de dos partes, una triangular y otra trapecial.

Cuando el tirante no tiene que sostener piso, como en las armaduras de tinglados, se le puede reemplazar por dos cepos enlazados entre sí por un tirante de hierro, y éste colgado por una péndola del pendolón. Puede suprimirse por comploto el tirante, haciendo la armadura recogida del todo.

En las armaduras de suave pendiente y grandes luces no son eficaces las disposiciones precedentes, por que las piezas se encontrarían bajo ángulos muy grandes. En tal caso se pueden enlazar los pares al tirante, por medio de cepos, en la vertical de cada correa o de virotillos reforzados con abrazaderas de hierro.

En las armaduras que cubren grandes espacios como salas de espectáculos, mercados, etc., es preciso dejar paso a la luz y al aire, superándolas de linternas que en ellas se apoyan.

Modernamente, y con especialidad en Francia, se ha puesto de nuevo en moda el construir las armaduras quebrantadas o mansardas, del nombre de su inventor. Son a dos aguas y dos pendientes distintas: en la parte inferior los pares se encuentran sustituidos por pies derechos un poco inclinados, que se apoyan en el tirante inferior, y sostienen por el otro extremo los del tirante superior: los jabalcones pueden suprimirse.

Debemos citar, entre las rectas, las de una sola agua, llamadas cobertizos o tejadillos, que son como media armadura de las comunes.

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