La ametralladora en la artillería militar

Cual sucede siempre a la aparición de todas las armas nuevas, suscitóse viva controversia acerca de las ventajas que pudieran producir las ametralladoras, encomiando los unos por modo extraordinario sus efectos, y negando otros su utilidad para los campos de batalla.

Hallaron éstos sólido apoyo en el descrédito en que cayeron desde su aparición en la guerra franco-alemana; pero analizando con justo criterio las causas que motivaron la escasa importancia de los resultados obtenidos, deben sin duda atribuirse al empleo poco juicioso que los franceses hicieron de las nuevas armas.

Queriendo compensar con ellas la inferioridad en número de sus bocas de fuego, colocaron las ametralladoras entre las divisiones de infantería, sin reparar en que no era posible que supliesen con sus disparos los efectos que causaban los proyectiles de la Artillería, tanto por el menor alcance, cuanto por carecer de la fuerza de penetración necesaria en los casos en que era preciso batir un blanco de cierta resistencia.

Tampoco parece probable que las ametralladoras puedan suplir, en general, a los fuegos de la Infantería, haciendo el efecto mismo que las secciones de tiradores dentro del alcance de las armas portátiles, porque no tienen la movilidad de aquéllas, ni tampoco pueden seguir por instantes los movimientos rápidos, y a las veces irregulares, de las tropas a que hacen fuego.

Pero aunque no deba exagerarse la importancia en el combate de las nuevas armas, no ha de negarse su gran utilidad en determinadas circunstancias, teniendo en cuenta la índole de la guerra moderna.

Las ametralladoras, que en un principio no alcanzaban por punto general con sus disparos más de tres kilómetros, se han perfeccionado y perfeccionan considerablemente; y si se logra extender su alcance hasta siete u ocho kilómetros, conservando precisión en el fuego, es indudable que están llamadas a prestar muy señalados servicios, y más si por su ligereza y facilidad de transporte pueden conducirse de un punto a otro y acomodarse a todo género de terrenos. En semejantes condiciones, sus fuegos a largas distancias obtendrían efectos análogos a los que se alcanzan con las armas portátiles dentro de una esfera de acción mucho mas limitada.

En la defensa de posiciones fortificadas y en desfiladeros es donde la superioridad de las nuevas armas puede ser incontestable, toda vez que permite aumentar grandemente la intensidad del fuego, arrojando en igual cantidad de tiempo mucho mayor número de proyectiles que con las armas hasta ahora usadas, y con mayor alcance y penetración.

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