La alquimia en el pueblo judío

Los judíos han ejercido también gran influencia en la propagación de las ideas alquimistas, por su contacto con la civilización egipcia, caldea y griega.

Hubo un período en que los judíos alejandrinos estuvieron a la cabeza de la ciencia y de la filosofía.

La Cábala, obra caldeo-rabínica, ha estado relacionada durante toda la Edad Media con la alquimia.

En el manuscrito alquimista de San Marcos, siglo ix, se encuentra un dibujo cabalístico del laberinto de Salomón; algunos Papiros de Leiden traen muchas relaciones entre los judíos y la alquimia; uno de ellos contiene una obra de magia y astrología titulada: El libro santo, llamado la octava mónada de Moisés, la clave de Moisés, el libro secreto de Moisés.

En otros manuscritos se encuentra citada la química doméstica de Moisés. La receta de Moisés para duplicar el peso del oro por transmutación se halla también citada en el manuscrito de San Marcos y en otros muchos.

Uno de los autores o tratadistas fundamentales de la alquimia es Maria la Judía, a la cual, entre otras invenciones, se atribuye la del baño maría y de la cual se citan en el manuscrito de San Marcos estas palabras, refiriéndose a uno que deseaba ser iniciado en los secretos de la alquimia:

“No toques con tus manos la piedra filosofal; tú no eres de nuestra raza; tú no eres de la raza de Abraham”.

Volver a ALQUIMIA – Inicio