La alimentación excesivamente animal o vegetal

4° La alimentación no debe ser excesivamente animal.

La alimentación animal nutre más pronto y mejor; aumenta el número de los glóbulos sanguíneos y produce también una incitación mayor de las energías vitales.

Por su influencia el corazón late con mayor intensidad y rapidez, la cantidad de ácido carbónico exhalado disminuye sin modificación sensible en los movimientos respiratorios ni en la cantidad de oxigeno inhalado. La aceleración circulatoria produce al mismo tiempo una elevación momentánea de la temperatura, coincidente con la actividad mayor de las funciones nutritivas y con la excitación de los centros nerviosos con una sangre más rica; pero este efecto es seguido de un descenso medio de la calorificación que las carnes no mantienen tan perfectamente come la fécula y las grasas.

La alimentación animal hace más intensas las manifestaciones de la actividad voluntaria y desenvuelve los instintos y pasiones violentas, como puede verse en los caballos, perros, etcétera. La digestión más rápida y la calorificación menor, torna voraces a los hombres que se alimentan de sustancias animales, y al mismo tiempo que la energía vital aumenta, tienden a desarrollarse los instintos brutales.

5° La alimentación no debe ser excesivamente vegetal.

Una alimentación vegetal con exceso debilita la economía, disminuye el número de glóbulos y expone a la hidrohemia.

El trabajador irlandés, vigorosamente constituido, por regla general, suele sufrir una atonía invencible por el uso excesivo de la patata. Las sustancias albuminóideas vegetales nutren la mitad que las animales (T. Hoffmann). En cambio una alimentación vegetal bien escogida, que proporcione suficiente cantidad de nitrógeno por las leguminosas y sin absoluta exclusión de las carnes, desenvuelve una imaginación viva, una delicadeza extensa de los sentidos, suavidad de costumbres y modera el vigor muscular y los instintos brutales.

La alimentación mixta, tal como está generalmente adoptada en nuestros climas templados, es pues la más propia para conservar y desenvolver las cualidades verdaderamente humanas; la energía del carácter, el vigor de la inteligencia, el amor de lo justo y los sentimientos sociales.

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