Las inclinaciones instintivas y la experiencia han enseñado al hombre, como a los demás animales, no sólo qué sustancias son propias para satisfacer la necesidad de alimentarse, sino también, de una manera aproximada, la proporción en que los diversos principios alimenticios deben mezclarse, para asegurar la reparación material y dinámica del organismo.

El análisis científico de los hechos suministra la explicación racional de las prácticas generalmente seguidas respecto de la alimentación, pero bien puede asegurarse que ningún cambio fundamental ha inducido en la alimentación normal del hombre, ni hasta la fecha ha dado de sí ningún descubrimiento que ni con mucho alcance en importancia al del pan y al del vino, inspiración de los dioses, más bien que invento de los hombres.

El estudio de las pérdidas que el cuerpo experimenta durante las 24 horas de un día, indica qué materiales deben constituir la alimentación para que el peso del cuerpo se conserve incólume; y el mínimum de pérdidas, indicará el mínimum de reparación alimenticia necesaria.

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