La agricultura en el antiguo Egipto

Egipto es el país en donde la agricultura antigua adquiere más desarrollo y también por esto aparece como el más culto y más poblado. No se conserva ningún libro acerca de la agricultura egipcia, pero no puede dudarse de su estado floreciente.

El Génesis enseña el gran desarrollo que el cultivo de los países bañados por el Nilo tomó en tiempo de los Faraones, y manifiesta que estas comarcas, por los cuidados de José, suministraron trigo a toda la tierra. Por otra parte, los dibujos coloreados que existen en el museo egipcio del Louvre, en París, dan pruebas auténticas del estado de adelanto de aquella agricultura que ya tenía una clasificación de las tierras cultivadas.

Las inundaciones periódicas del Nilo suministran agua y materias fertilizantes que los egipcios supieron aprovechar obteniendo riquísimas cosechas y consiguiendo una vegetación espléndida por la acción combinada de los riegos y del clima cálido de aquellos países.

Para hacer permanentes los beneficios de las aguas del Nilo, emprendieron construcciones vastísimas, como las del lago Moeris, del cual no quedan ya más que vestigios, y en donde recogían, en la época de la inundación, grandes masas de agua que después les servían para regar en los períodos de sequía extensos territorios.

Por todas partes se ven aún las huellas de la abundancia y la riqueza que el estado floreciente de la agricultura proporcionaba; y los egipcios mostraban su gratitud por estos bienes tributando culto a las plantas más útiles y erigiendo altares a los animales que más provecho y más ayuda proporcionaban al agricultor.

El progreso agrícola fue causa del aumento de población en Egipto y de que este país se hiciese colonizador, llevando su movimiento e influencia a Grecia, a Cartago y a Italia por Occidente, a la Arabia, Asiria, India y hasta la China por Oriente.

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