La agricultura en América Central y del Sur

En la América Central y en la América del Sur las guerras incesantes, que, primero por su independencia y después por dificultades de constitución, han reinado casi todo el primer medio siglo actual, han sido motivos más que suficientes para que la agricultura no saliese del estado ruinoso a que la habían llevado los dominadores europeos. Pero después, a medida que la tranquilidad se ha ido restableciendo, la riqueza se ha desarrollado con tanta más facilidad cuanto que la bondad del clima se presta a ello prodigiosamente.

La producción del ganado vacuno, especialmente, ha progresado mucho con el fin de mejorar la explotación de los productos animales; en un principio se mataban solamente los toros de las pampas para aprovechar la piel y los huesos; hoy día se aprovecha la carne, ya para preparar cantidades enormes del famoso extracto de carne que lleva el nombre de Liebig, u otros productos semejantes, ya para consumirla o exportarla fresca y conservada por medio del frío.

En las reses lanares se ha tendido también a la mejora de la lana; todos los productos agrícolas son mejor explotados; en la República Argentina especialmente se están haciendo considerables plantíos de vides y olivos; muchos Estados han desarrollado la enseñanza agrícola buscando profesores en Europa; se celebran exposiciones y concursos y se publican interesantes revistas agrícolas y ganaderas, en Cuba, en la República Argentina y en la República Oriental.

Los Viajes de Humboldt, de Boussingault, de Claudio Gay, d’Orbigny, de Azara, y otros, que han dado a conocer las producciones, estado de la economía rural y aptitudes del clima y del suelo de los principales Estados de la América del Sur, han ejercido marcada influencia en su desarrollo agrícola.

La República Argentina, el Brasil, Venezuela, Chile, el Perú y la Colombia son los países en que principalmente se ha marcado el progreso agrícola.

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