La administración militar en campaña

Organizado el personal administrativo, ha de procurar realizar todas las operaciones administrativas conforme a la instrucción dada por el Intendente general, instrucción que varía según tiempos y lugares, pero cuyos puntos generales y comunes a todos los casos, son, según apunta Odier, los siguientes:

Llegado el ejército al punto de reunión, se organizan las divisiones administrativas y al momento marchan a los países en que deben principiar las operaciones militares. Los oficiales o agentes no deben darse a conocer como tales a nadie, y comienzan los aprovisionamientos sin perder instante, considerando atentamente los puntos probables del consumo, el consumo de cada punto para regular bien las entregas, los productos locales y el consumo de los habitantes, los recursos de los vecinos, los medios de arrastre, la calidad de los artículos y su precio, el tiempo favorable para las compras, los usos relativos al pago y a las entregas, el precio de los medios de transporte y de la mano de obra, los hornos y molinos para los víveres, los medios de confección y fabricación para los demás servicios y los procedimientos usuales.

Para operar con resultado deben dirigirse a las mejores casas de comercio, participándolas el crédito que deban abrir; por su intermedio, se hace operar a los comisionistas en granos, pienso, ganados, vinos, caballos, mantas, paños, lienzos, cueros, hierro, etc.; cuando los comisionistas han asegurado el género, se establecen los almacenes y se pone en conocimiento del Intendente general el resultado de las compras.

Con arreglo a órdenes secretas sobre emplazamiento de establecimientos, deben apresurarse a construir los hornos y disponer los hospitales y talleres; requisar todos los obreros necesarios, pagándolos, y dar principio a los trabajos con vigor.

En las compras lejanas, han de imponerse como regla no encargar nunca al mismo comisionista de un suministro completo; por el contrario, conviene disponer de tantos como regiones, y de no tener dos en un mismo punto. El comandante jefe de los transportes tendrá los carros y auxiliares necesarios y los dispondrá a voluntad del agente jefe de los víveres de modo que llegue hasta el campamento la línea de carros establecidos a espaldas del ejército.

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