La aclimatación de las migraciones judías

Esta rama siro-árabe se hubo de extender en Egipto con tal rapidez y exuberancia que los egipcios intentaron ponerla coto por persecuciones. Emigrados los judíos, se establecieron por diez y ocho siglos en Palestina donde encontraron temperaturas muy variables, las del valle del Jordán que recuerdan las de Egipto, la comarca de Jerusalén, donde la temperatura media es de 17°, mientras que las cimas del Líbano están cubiertas de nieves perpetuas, reuniendo de este modo los judíos en una corta extensión, muestra de todos los climas.

Hoy, como siempre, la vertiente mediterránea del África no les es contraria, incluso el Egipto, que fue, puede decirse, la primera patria de los hijos de Jacob. Sólo han necesitado la aclimatación menor para establecerse en los climas tropicales, que toleran perfectamente, por lo menos en las Antillas con los españoles, en las Guayanas, letales para los ingleses, franceses y holandeses, y en la India, donde hace muchos siglos existen colonias judías.

Por el mediodía de Europa se extendieron los judíos rápida y abundantemente, y de aquí, paso a paso, invadieron la Europa central y la septentrional más tarde; pero el límite norte de la aclimatabilidad probada de los judíos no se aproxima tanto al polo como la de los eslavos y escandinavos. Más allá de Stokolmo no se encuentran; en el Canadá no llegan a 1.000.

Sin embargo, el poder de aclimatación de los judíos en las zonas boreales no puede prejuzgarse, puesto que la rareza de la población judía en las comarcas septentrionales no puede atribuirse con certeza a los efectos del clima, sino a otras causas. Entre ellas hay que tener en cuenta (y esto explica en gran parte el éxito de las colonias judías).que el judío emigra con reflexión y paulatinamente; que no se arriesga en colonias recientes, en territorios que tengan que desbrozarse y cultivarse, que exijan trabajos rudos o peligrosos; sino que se desliza en sociedades organizadas al abrigo de las ciudades donde su negocio es ya posible. Y si bien los cruzamientos no son tan frecuentes por parte de los judíos que se modifique su tipo hasta adquirir las cualidades de los indígenas, en cambio su confraternidad y su industria les ponen al abrigo de la miseria, su sobriedad les protege contra, los excesos y su prudencia contra los peligros, luchando ventajosamente con estas armas contra las causas de despoblación y conservando los rasgos salientes de su vívida raza.

Si los judíos aventajan a los arios puros en poder de aclimatación en las zonas tropicales, no así a los españoles ni a los indostánicos y hasta la fecha no han alcanzado en las regiones septentrionales los límites de las poblaciones arias, eslavas y escandinavas.

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