La A como abreviatura

Las abreviaturas más corrientes indicadas por la A son:

A. Alteza, autor. — A. año, área. — A. (o a.) al final de las cartas, atento, atentísimo, amigo. — (a) alias. — @ arroba. — AA. Altezas, autores. — @@ arrobas. — A.C. años de Cristo; o de la Era Cristiana. — A.M. año del mundo. — A.L. bien AA. LL. autores latinos. — A.T. Antiguo Testamento. — A. En los exámenes universitarios significa Aprobado; y, con referencia a títulos universitarios, se encuentra AA. B. Artium Baccalaureus, Bachiller en Artes; AA. M. Artium Magister, Maestro en Artes; AA. LL. M. Artium Liberalium Magister, Maestro en Artes Liberales. — A. se encuentra a veces como Auditor, discípulo, en oposición a M. magister. — A. al reverso de los relojes de bolsillo, marca el sitio hacia que hay que mover el índice del registro, para que el reloj adelante; del francés avancer y en contraposición a R. retarder. En los relojes ingleses, esta A es sustituida por una F, inicial de fast, rápido, y la R. por una S, inicial de slow, lento.

— A En Comercio. A. en los documentos comerciales es Aceptado; o bien Abonaré o Abonaremos.

— a. c. anno currente, el año que corre, este año. —a. p. anno preterito, el año pasado. — a. f. anno futuro, el año que viene. — A, en las cotizaciones tomadas del francés es dinero; de argent, y en oposición a P., papier, papel.

— A En Cronología. Son muy usadas las siguientes abreviaturas: A. C. anno Christi, año de Cristo. — A. D. anno Domini, año del Señor. — A. A. C. anno ante Christum, año antes de Cristo, o de la Era Cristiana. — A. A. C. N. anno ante Christum natum, año antes del nacimiento de Cristo. — A. P. C. N. anno post Christum natum, año después de la Era Cristiana. — A. O. C. anno orbis conditi, año de la creación del mundo. — A. U. anno urbis, año de la ciudad (de Roma). — A. U. C., A. V. C. anno urbis condita, alto de la fundación de la ciudad (de Roma). — A. U. C. ab urbe condita, desde la fundación de la ciudad. — A. P. R. C. anno post Romam conditam, año después de la fundación de Roma. — Con referencia al tiempo se encuentra: a. d. ante diem, con un día de anticipación. — a. d. a die, desde el día. — a. d. a dato, desde el día del escrito. —a. n. ante noctem, antes de la noche. — A. K. ante Kalendas, antes de las Calendas. — A. X. annis decem, diez años. — A. N. T. C. (o bien a. n. t. c.) ante terminum constitutum, antes del término marcado.

— A En Epigrafía. Concertada con los nombres propios o apelativos que la siguen o anteceden, A representa cualquiera de las significaciones siguientes: Aulus, nombre propio; Ager, campo o heredad, frecuentes en inscripciones lapidarias; Augustos, aludiendo al Emperador, que es lo más común en monedas del alto imperio: Augusta, la mujer, la madre o la hermana de Augusto, o sea del jefe supremo del Estado: Augustales, si se halla en lápidas de vías militares o monumentos públicos, refiriéndose en este caso a uno o más individuos del colegio de Augustales establecido en Roma, de donde salían los arquitectos o directores de obras públicas, escuela fundada por Octavio el primer año del Imperio. — A A. — duo Augusti, dos emperadores. — AA. JU. GG. — Augustorum duorum, de dos emperadores. — AAA tres Augusti, tres emperadores. — A. U. G. Augusto, el emperador. — A. U. GG. duo o plures Augusti, dos o más emperadores. — A. en los epitafios es annus, año. —A. N. N. annis, annos, años. — A. A. Aqua Aponi, los baños de Abano. — A. A. apud agrum, en el campo. — A. A. L. M. apud agrum locum monumenti, en el campo lugar del monumento. — A. D. F. ad finen, hasta el fin. — A. B. S. absolutus, absuelto. — En lápidas catalanas, A. es Arnaldus: (también Ar.) — Hay que notar particularmente que en inscripciones latinas y lapidarias, cuando las A. A. tienen un yunto intermedio, se refieren a dos Augustos o emperadores, y cuando son tres, A. A. A., la referencia es a tres Augustos. — En las dedicatorias votivas al dios Apolo, se traducen por Apollini Augusto o Apollos Augustos, según el sentido en que se halle redactada la dedicatoria en honor de esta deidad. El primer templo que los romanos dedicaron a este ídolo fue por los años de 323 de Roma en el consulado de Cayo Papirio y S. Julio, siendo dictador Aulo Postumio. Hízose la consagración por Mento, gobernador de la ciudad, y en conmemoración de la sangrienta batalla ganada por las legiones romanas a los Equos y Volscos, dada en los últimos meses del año anterior. Su culto llegó a popularizarse hasta el extremo de tener su imagen lugar preferente en el hogar doméstico, de donde pasó con popular aceptación a los metales y a las piedras preciosas, esculpidas algunas con toda la belleza del arte, muy buscadas hoy y apreciabilísimas.
Las A. A., cuando en las inscripciones sepulcrales significaban apud agrum, servían de advertencia al viajero y al agricultor, para que, respetando el area en pies o pasos correspondiente al sepulcro, evitasen toda suerte de profanación.

— A En Hidrografía. En las cartas hidrográficas comúnmente se usa la A para indicar que el fondo es arena, y su equivalencia es S en francés, como inicial de sable, y en inglés y alemán como inicial de sand.

— A En Jurisprudencia. ant. los romanos usaban la A como signo de absolución, por ser inicial de la palabra absolvo. Por esto Cicerón en su oración pro Milone la llama littera salutaris, es decir, letra que salva. Al sentenciar una causa, se repartían a cada uno de los jueces tres tablillas, una con la Inicial A (absolvo), otra con la inicial C (condonas) y la tercera con las letras N L (non liquet: no está probado, o no aparece claro el hecho). Verificábase la votación echando cada juez una de las tres tablillas en una urna, y la letra cuyo número preponderaba formaba sentencia. — Entre los romanos se usaba también la letra A para desechar la proposición de una ley sometida a los comicios. En este caso se repartían a cada ciudadano dos tablillas, la una con las letras A y P (Antiqua probo: apruebo o voto la ley antigua) y la otra con las iniciales U y R (Uti rogas: como se pide o propone). — Antiguamente en nuestras universidades se emitían los sufragios de calificación de exámenes por medio de las letras A o R, iniciales de las palabras Apruebo y Repruebo. En el día la votación se hace con bolas blancas y negras.

— A En Medicina. La á minúscula sola con una tilde o virgulilla encima, y más comúnmente doble, en esta forma, áá, se usa por los médicos en la parte de la receta llamada asignación, como abreviatura de la voz latina ana, correspondiente a la preposición griega ava, que significa de cada una, para indicar que sea igual el peso, volumen o número de los ingredientes medicinales que se prescriben en la misma receta. — Estas abreviaturas, empleadas ya en el mismo sentido por Hipócrates y Dioscórides, así como las demás que se han usado o se usan en el arte de recetar, tienden a desaparecer en la práctica, por evitar equivocaciones en la preparación da los medicamentos, que puedes ser funestas a los enfermos.

— A En Numismática. La A colocada en el reverso de cualquiera medalla griega o del Bajo Imperio indica el nombre de la ciudad donde fue acuñada (Atenas, Antioquía, Argos, Aquilea, etc., etc.). — En sentido inverso, significaba que la moneda era de Argos. — En monedas imperiales significa también Argentum, Aurum; plata, oro. — III viri A. A. A. F. F. triumviri auro, argento, ariflando feriundo, los triunviros encargados de fundir y acuñar las monedas de oro, plata, y cobre o bronce. — A. en las monedas de Francia, Austria y Prusia, indica que la moneda fue acuñada en la fábrica principal del respectivo Estado; París en las francesas, Viena en las austriacas, Berlín en las prusianas. A. A. en monedas francesas, hasta 1870, significa que habían sido acuñadas en Metz, donde radicaba la segunda casa de moneda de Francia.

— A En Química. A. A, o a. a. o bien a. a. a. indicaba amalgama entre los antiguos químicos.
Otras muchas expresiones existen en que la A mayúscula o minúscula tiene alguno de los anteriores significados de ab, anno, alter… tales como A. A. Ch., a.. a. Ch. n. anno ante Christum, anno ante Christum natura… pero no merecen mención especial.
Modernamente, en las ediciones de los diccionarios y de las enciclopedias, se ha introducido un sistema de abreviaturas que ahorra mucho espacio, y, por consiguiente, mucho papel. Cada voz del diccionario, cuando empieza el artículo especial que le corresponde, aparece impresa íntegramente y con caracteres más visibles que los demás del texto de la obra; pero, fuera de esa sola vez, nunca más se vuelve a imprimir completa la palabra mientras dura el articulo referente a ella; pues cuando hay que repetirla en él, se imprime únicamente su inicial, seguida de un punto (con letra mayúscula y cursiva las más veces). De este modo, cada letra del alfabeto es temporal y transitoriamente abreviatura de todas las palabras que empiezan por ella; y, así, la A representa sucesivamente en abreviado todos los vocablos que empiezan por A. Este sistema, a los principios de manejar las obras en que se sigue, causa alguna extrañeza; pues A, por ejemplo, significa primero abacá., y en seguida ábaco… después abad, y luego abada o abadía… azul, azumbre, etc.; pero muy pronto el sistema se hace aceptable, por lo mucho que favorece la rapidez de la lectura.
Terminado lo que habíamos de decir sobre las abreviaturas, estudiemos la A como carácter representativo.

Volver a A – Inicio