Influencia de los carros y caminos en el acarreo

La resistencia que opone al movimiento de los carros un piso empedrado es proporcional a la presión, está en razón inversa del radio de las ruedas, es independiente del número de estas y casi independiente de la anchura de las llantas. En un piso formado por grava igual y bien unida, la resistencia, al paso, es solamente las tres cuartas partes de las que oponen los caminos bien empedrados. Pero yendo al trote por vías de grava mal cuidadas, la resistencia aumenta hasta llegar a ser mayor que la que presentan los empedrados. En los terrenos compresibles, como son las arenas, barbechos, rastrojos, etc., la resistencia disminuye con la anchura de la llanta.

En caminos bien empedrados y con marcha de un metro por segundo, la resistencia es próximamente la misma para los carruajes suspendidos que para los fijos sobre el eje; pero aumenta proporcionalmente a la velocidad. El aumento de la resistencia es tanto menor cuanto menos rígido sea el carruaje, mejor suspendido esté y más duro y compacto sea el piso. El aumento de velocidad del paso al trote largo, apenas hace crecer la resistencia.

La inclinación del tiro más favorable para obtener el máximum de efecto, debe aumentar con la resistencia del suelo, y cuanto mas pequeño sea el radio de las ruedas delanteras; de modo que en los caminos ordinarios se debe aproximar el tiro a la dirección horizontal, tanto como la construcción del carruaje lo permita.

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