Forma de los primeros aeróstatos

La idea de construir aeróstatos alargados, arranca casi desde el nacimiento de la aerostación: en 1784, poco después de los experimentos de los hermanos Montgolfier, del marqués de Arlandes y de Blanchard, un oficial de ingenieros militares, francés, Mr. Meusier; sostuvo la conveniencia de dar a los globos la forma alargada en lugar de la esférica, y empezó a estudiar un aparato elíptico cuyos ejes estaban en la relación de uno a dos.

Poco después Mr. Brissón, célebre académico francés del final del siglo pasado, demostró en una notable Memoria que los aeróstatos debían ser alargados; pero cometió la equivocación de admitir como forma-tipo la cilíndrica terminada por un cono en su parte anterior, disposición que no ha sido admitida por ninguno de los inventores de este siglo, a causa, indudablemente, de los defectos que anteriormente hemos citado.

En 1784, los hermanos Robert construyeron un aeróstato elíptico, de 52 pies de largo por 32 de diámetro. En la misma fecha, Guyot hizo otro de forma de huevo, que marchaba con la punta más delgada por delante. En 1785, el arquitecto Maese proyectó un globo elíptico, de 20 pies de largo por 10 de ancho, pero cuyo aspecto general era el de un cilindro recto terminado en semiesferas.

A partir de esta época empiezan a aparecer los globos en forma de pez. En 1787 construyó el primero el barón Scott; en 1850, Sanson hizo otro análogo, el cual iba armado de un enorme timón que daba al aparato el aspecto de esta clase de animales. En 1853, Lagleize, en 1857, Pellet, en 1859, Camilo Vert, y en 1873, Vaussín-Chardane, hicieron globos en forma de pez.

También se han hecho algunos aeróstatos en forma de cilindro terminado en conos en sus extremos. En 1834 se construyó el globo barco llamado El Aguda, de 130 pies de largo por 35 de diámetro y 2 000 metros cúbicos de capacidad. En 1851 Meller hizo otro, denominado la Locomotora aérea.

En 1850 empiezan a proyectarse aeróstatos cuya forma general era la de dos conos unidos por sus bases, suavemente redondeada esta unión para evitar el cambio brusco de dirección. En esta fecha, Jullien construyó uno de dos conos desiguales, análogo en su forma al hecho modernamente por Renaud, como precursor de la forma más perfecta de las conocidas hasta el día, dadas a los aeróstatos por este ultimo constructor. En 1865, Charadame hizo otro cuyos conos eran iguales y que daban al aparato el aspecto de un cigarro puro, traza seguida también, como veremos después, por Giffert y Dupuy de Lome. En 1871, Misciollo Picasee hizo otro por el mismo sistema.

Además de los globos que acabamos de citar se construyeron o proyectaron, durante lo que va de siglo, otra multitud de aeróstatos de diversos aspectos: unos lenticulares, como el de Capazza; otros completamente irregulares, como el de Delamarne, llamado Esperanza; unos esféricos, cuyos nombres es prolijo relatar; algunos compuestos de un conjunto de aparatos esféricos, como El verdadero navegador aéreo, el barco aéreo de Petín y el de Renon-Grave; otros en forma de tornillo, como el de Lasné, y, por último, algunos formados de masas informes y complicadas, como el de Ziegler.

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