Fabricación industrial de la albúmina en base a la sangre

Puede obtenerse la albúmina natural, que no tiene brillo, o la albúmina patente o especial, que es brillante.

Para fabricar la primera, bastará batir durante una hora 100 kilogramos de suero de la sangre, mezclado con 250 gramos de esencia de trementina; para esta operación o batido se emplea una tableta circular de 30 centímetros de diámetro, llena de agujeros y con un mango en su centro.

El producto de este tratamiento se deja reposar durante 24 o 36 horas: la esencia de trementina se reúne en la superficie, mezclada con una materia grasa, viscosa, de color blanco verdoso; se recoge el suero por la espita, teniendo cuidado de poner aparte la primera porción, que es siempre un poco turbia, y el resto del líquido transparente se lleva a las estufas para su evaporación y desecación, dentro de vasijas oblongas de hierro estampado.

La temperatura de la estufa, que es al principio de 50°, se eleva en seguida que las vasijas están cargadas de suero, a 55°, que se sostiene durante dos horas; se abren entonces todas las válvulas de ventilación, que se han tenido cerradas hasta ese momento; la temperatura baja a 40 o 50°, y permanece estacionaria durante 30 o 36 horas, en cuyo período se abren de vez en cuando las válvulas para la salida del aire húmedo, que se reemplaza con aire seco.

Para obtener la albúmina brillante se deja reposar durante una hora la siguiente mezcla: 100 kilogramos de suero, 54 gramos de ácido sulfúrico inglés y 275 de ácido acético concentrado, de 1,040 de densidad; se lava después con 6 litros de agua, añadida lentamente al suero por medio de un chorlito delgado, removiendo constantemente; se agregan entonces 250 gramos de trementina, y se bate bien durante hora y media; se deja reposar en seguida 24 o 36 horas, y se decanta como anteriormente; pero antes de llevar el suero a la estufa, se añade amoníaco hasta que el líquido adquiera una ligera reacción alcalina, con objeto de separar hasta los menores indicios de acidez, resultando además un producto perfectamente incoloro y transparente.

El producto de estas manipulaciones, albúmina de primera, presenta después de la desecación completa una superficie brillante, con reflejo de color blanco. Además de esta clase de albúmina, se presentan en el comercio otras dos clases muy inferiores, llamadas albúmina de segunda y albúmina de tercera.

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