Fabricación del acero batido

Cuando la industria exige un metal más homogéneo, superior en calidad al acero bruto, tal como resulta de la forja, se somete este último a la acción del batido, o sea a la refinación por el martillo.

Las barras obtenidas de primer intento sobre el yunque, se templan y en seguida se parten en pedazos; con estos fragmentos se forman grupos o paquetes que son a su vez calentados, soldados y estirados de nuevo bajo el martillo. Por medio de este batido las porciones poco aceradas se unen a las que lo están de más, de modo que se forma un todo constituido por una masa homogénea y que presenta sensiblemente en todas sus partes la misma composición.

El acero batido es susceptible de un hermoso pulimento y puede servir por consiguiente para la fabricación de objetos de quincalla y bisutería; su estructura es muy compacta y de grano fino, pero no posee la homogeneidad del acero fundido.

Una serie de operaciones de batido efectuada sobre una misma barra, modifica la composición del acero, porque cada vez que se calienta pierde el metal una parte de su carbono.

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