Los fenómenos tóxicos producidos por loe alcoholes se distribuyen en tres períodos, que son: el de embriaguez o excitación, el de resolución y el de colapso, que se modifican con la naturaleza del alcohol, su dosis y la resistencia del sujeto.

Con los alcoholes por fermentación los tres períodos se suceden regularmente; pero a medida que el alcohol empleado se aleja más del alcohol etílico, los fenómenos tóxicos son más intensos, su evolución más rápida y aparecen fenómenos convulsivos.

La autopsia revela en los animales que sucumben a la intoxicación alcohólica aguda, lesiones en el aparato digestivo, si el alcohol se ha administrado por ingestión, en el hígado y en el bazo, en el aparato circulatorio, en el respiratorio, en el sistema nervioso y en los riñones.

Dujardin Beaumetz y Faillet han encontrado el alcohol en sustancia en todos los órganos, y particularmente en el cerebro.

Estos mismos autores han hecho importantes investigaciones experimentales sobre el alcoholismo crónico producido por la administración del alcohol a dosis fraccionadas y diarias.

Los animales sometidos a la experimentación, caen en un estado de soñolencia profunda sin período de excitación previa.

Cuando se experimenta con el ajenjo, el animal se hace irritable y existe excitación muy manifiesta. En algunas autopsias se ha encontrado, aparte de las numerosas lesiones alcohólicas, la degeneración ateromatosa de la aorta.

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