Estado del aire en epidemias de cólera

En cuanto al estado de la atmósfera durante las epidemias de cólera, muchos han sido los observadores y los resultados algún tanto discordantes.

Swayne, Brittan y Bud, encontraron en la atmósfera y en las deyecciones de los coléricos espórulos de naturaleza vegetal cuya constancia en aquellas condiciones hizo ver en ellos la causa de la enfermedad contagiosa; después Pacini y Klob atribuyeron ésta a un fermento formado por espórulos punctiformes, que atacan el epitelio intestinal destruyendo el epitelio y las vellosidades.

Estos espórulos han sido observados en el aire y en el agua por Vogel, Thompson y Raincy y Tomé los ha encontrado en las deyecciones de los atacados del fermento de la cerveza, que han podido ser cultivados después bajo la forma de tórulos globulosos. Después Hallier, en 1867, ha cultivado en las mejores condiciones los espórulos, dice haber obtenido la mucedinea del cólera bajo las formas correspondientes al Penicillium (Crustaceum de Feromus), Achilya, Tilleta y Mucor (racemosus de Fesenius).

En cuanto a su origen, Titler creyó verlo en el arroz enfermo, y su propagación primera en el arroz viciado, idea también apoyada por Hallier, asignándole por patria la India, en donde vive, supone él, sobre arroz, como en Europa la Urocystis oculta.

Las recientes investigaciones del Dr. Cunningham, empezadas en Calcuta en 1872, con una gran precisión, hacen, sin embargo, poner en duda algunos de los resultados obtenidos anteriormente por otros sabios. Según este observador inglés, los infusorios, sus gérmenes o sus huevos faltan casi por completo en el aire de Calcuta y de sus cercanías, encontrándose en cambio muy abundantes los esporos y las demás células vegetales, cualquiera que sea la dirección y velocidad del viento, y sin que hasta la fecha haya aún podido deducir de sus observaciones conexión ninguna entre el número y naturaleza de esas células y los accidentes causados por el cólera, la disentería, etc.

Mas modernamente los experimentos y trabajos de Koch y Pasteur y los estudios realizados con ocasión de la última epidemia, han dado mucha claridad y concretando las ideas sobre estos puntos.

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