Pero antes de continuar este trabajo y para que no sea del todo ininteligible, preciso será que, abriendo un paréntesis a la materia principal que nos ocupa, expliquemos dos denominaciones que acabamos de emplear, que son de importancia extraordinaria en toda cuestión de electricidad, y que, esto no obstante, es de creer que para el lector de este diccionario sean completamente nuevas o poco familiares.
Nos referimos al coulomb y al volt. Ambos términos no son otra cosa que dos unidades eléctricas y su explicación detallada ha de encontrarse en el artículo de este diccionario que trata de dicha materia; pero a fin de facilitar la lectura del presente articulo, daremos una idea sucinta de ambas unidades, valiéndonos, como hacemos siempre en estos casos, de comparaciones sencillas Ir casi vulgares.
En toda caída de agua hay que considerar dos elementos, si se quiere medir la energía o trabajo motor de que es capaz, a saber, el volumen el peso de agua por unidad de tiempo, y la altura de la caída: peso de agua y camino que recorre son en efecto los dos factores del motor hidráulico: un metro cúbico de agua que pesa mil kilos y una caída de diez metros representan una energía motriz igual a 1.000 x 10 o sean 10.000 kilográmetros que, divididos por 75 kilográmetros, darían el número de caballos de vapor a que la caída de agua equivale (porque cada caballo de vapor es igual a 75 Km).
Pues consideraciones análogas sirven para determinar el trabajo mecánico de que es susceptible una corriente eléctrica. Cantidad de agua y caída, decíamos antes; cantidad de electricidad, o si se quiere masa de éter, y diferencia de potenciales decimos ahora.
Y bien, el coulomb no es más que la unidad elegida, en el sistema moderno de unidades, para medir la cantidad de electricidad que en un segundo de tiempo atraviesa un conductor.
Y el volt es en cambio la fuerza electromotriz, como generalmente se dice, o la diferencia de potenciales entre los dos polos de la corriente, o si se quiere el desnivel eléctrico.
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