Existe, como queda dicho, un ruido respiratorio indeterminado sin carácter bronquial ni vesicular determinado, que puede representarse haciendo respirar débilmente a sujetos sanos y de tórax bien desarrollado y auscultando las regiones supraespinosas; percíbese entonces un ruido que, aunque algo vesicular, no es el murmullo vesicular normal, porque la debilidad de la corriente de aire distiende muy poco los alvéolos, y además porque la propagación hasta el oído del observador es difícil por el espesor de las paredes torácicas en este punto.

Se observa patológicamente este ruido respiratorio indeterminado, que en realidad es el vesicular apagado y sin su timbre característico, cuando los alvéolos pulmonares se distienden débilmente por pérdida de su elasticidad, como en el enfisema pulmonar, por estar infiltrados o comprimidos.

Si la compresión se debe a derrames líquidos en la cavidad de la pleura, el murmullo vesicular normal puede convertirse en ruido indeterminado por la mala conductibilidad del líquido interpuesto, cuando la obstrucción más o menos completa de los bronquios por la secreción de la mucosa dificulta accidentalmente la entrada del aire en los alvéolos.

Un golpe de tos que desobstruya los bronquios convierte el ruido determinado en murmullo vesicular.

Finalmente se hacen con frecuencia indeterminados los ruidos respiratorios porque los ruidos anormales llamados estertores los ocultan y desfiguran al mezclarse con ellos, la disminución de estos estertores puede devolver a los ruidos respiratorios sus caracteres propios.

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