El átomo en física

La razón no concibe la materia sin dos atributos esenciales, la extensión y la impenetrabilidad. Los cuerpos son agregados, porciones limitadas de materia, pero se ignora la esencia íntima de su constitución.

Sin embargo, a poco que se observen las propiedades de los cuerpos, se advierte que no pueden estar formados por una porción de materia continua, es decir, por una masa maciza, sin soluciones de continuidad, que es lo que a primera vista pudiera aparecer.

Se oponen en seguida a esta creencia propiedades muy generales de los cuerpos, como son: la compresibilidad, la dilatación por la acción del calor, la elasticidad; y la aplicación de algunos fenómenos también muy generales, como por ejemplo: los cambios de estado sea el paso de un cuerpo de sólido a líquido y vapor y viceversa, la transparencia o diafanidad de muchos cuerpos para la luz, la diatermancia o diafanidad para el calor, la conductibilidad de los sonidos, calor y electricidad a través de la masa de los cuerpos, las composiciones y descomposiciones químicas, la temperatura de los cuerpos; y en suma, todas, o casi todas las propiedades de los cuerpos y fenómenos que éstos presentan.

La compresibilidad, o sea la propiedad que todos los cuerpos presentan de reducirse de volumen por la acción de fuerzas exteriores, o reducción de volumen por enfriamiento, demuestra en seguida, teniendo en cuenta la impenetrabilidad, que no todo el espacio ocupado por un cuerpo está lleno de materia, o que la porción de ésta que constituya el cuerpo no es una masa maciza; la propiedad opuesta, o sea la dilatación por la acción del calor sin rotura ni formación de huecos visibles en el cuerpo, manifiesta asimismo que este cuerpo puede ocupar más volumen sin aumentar de materia; y como por pequeña que sea la porción de cuerpo que se considera, estas propiedades se manifiestan, de aquí el concebir en seguida que los cuerpos están constituidos por pequeñísimas porciones de materia que se mantienen a ciertas pequeñísimas distancias unas de otras, al modo de lo que sucede en los espacios con los astros.

Estas pequeñísimas porciones de materia, estos elementos materiales, son los átomos.

Un cuerpo cualquiera es, en este concepto, un agregado de átomos, y el que estos no se distingan individual o separadamente no es obstáculo para que puedan existir; tal hecho sólo demuestra que los medios ordinarios de percepción del hombre no alcanzan el límite necesario para ello.

Sucede en esto, lo que con algunas nebulosas: observadas a las grandísimas distancias que de ellas nos separan, y con medios poca perfectos, aparecen dichas nebulosas como una masa blanquecina que llena una región determinada del espacio; pero a medida que los medios de observación se perfeccionan, las nebulosas se resuelven en una porción de estrellas, es decir que lo que aparecía primero como una masa unida se ve después que es un conjunto de estrellas, separadas unas de otras por grandísimas distancias.

La pequeñez de los átomos hace, para la dificultad de su percepción, un efecto análogo a lo lejano de las nebulosas; pudiendo en este concepto compararse todo cuerpo a una nebulosa no resoluble.

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