El armero militar

En todos los cuerpos del ejército español hay un armero con la misión de componer y arreglar las armas; empleo instituido por Felipe V en 1702 y agregado a la plana mayor para percibo de sueldo, alojamientos, raciones, etc.

Además, en muchos cuerpos cada compañía tiene dos o más soldados prácticos en el oficio, enseñados o aleccionados por el maestro de su batallón con aprobación del jefe principal del cuerpo, sobre todo cuando se halla diseminada la fuerza.

Hoy los armeros disfrutan la consideración de sargentos, a los que están asimilados, y tienen los mismos derechos respecto a alojamiento, raciones y pluses de campaña, hospitalidades y retiro, pero sin derecho a otros goces pasivos, y con la misma dependencia y obligaciones que aquéllos en punto a subordinación y disciplina.

Sólo pueden entrar en los cuarteles en los departamentos donde tengan sus talleres o cuando corresponda para los fines de su oficio.

Las clases de tropa no tienen derecho a optar a las plazas de armeros. Estos son propuestos para el retiro forzoso al cumplir sesenta años de edad.

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