El arco en la historia de la artillería militar

El arco es una de las armas de antigüedad más remota; su forma puede decirse que no ha variado con el transcurso de los siglos, pues tal como aparece en las pinturas egipcias con doble curva o bien casi recto, aparece después en Grecia y Roma, en los pueblos bárbaros, en la Edad Media cristiana, en los antiguos pueblos de América y en las tribus salvajes que aun habitan aquel continente, Oceanía, Asia y África.

Por lo que hace a los arcos prehistóricos, aunque no han llegado hasta nosotros, se conservan las puntas de flecha que suponen su uso.

Los arcos egipcios, no sólo se conocen por sus copias en pinturas y bajos relieves, sino también por los originales que se conservan en los Museos. Llevaban una cuerda de tripa o una tira de cuero con que los arqueros ataban a los prisioneros para pegarlos. Para tirar con el arco, resguardaban el antebrazo izquierdo con un trozo de cuero, ajustado a modo de manguito; pero puntiagudo en la dirección del codo, hasta donde llegaba. La cuerda se sujetaba por lo común en unas ranuras practicadas en los extremos del arco, y algunas veces con un nudo; a este efecto fijábase en tierra la base del arco, cuyo extremo inferior sujetaba con la rodilla el arquero, y curvándole con una mano, metía con la otra en la ranura el extremo de la cuerda. Los egipcios se ejercitaron mucho en tirar con el arco, teniendo fama de diestros los arqueros del país.

El arco de los asirios tenía forma triangular y para lanzar las flechas, también en el antebrazo unas correas dispuestas de un modo más sencillo que la especie de manguito usado por los egipcios.

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