El alumbrado de los coches de los trenes

En el alumbrado de toda clase de vehículos se pueden emplear todos los sistemas de alumbrado, habiéndose ensayado sucesivamente la iluminación por bujías, por lámparas de aceite vegetal y de petróleo, por gas y aun por electricidad.

El estudio de esta clase de alumbrado tiene principalmente importancia para los vagones de los ferrocarriles, puesto que el presupuesto del alumbrado de dichos vagones suma en todo el mundo la enorme cantidad de dos millones de pesetas al año.

El alumbrado de los vagones por medio de bujías no se emplea más que en el Este de Prusia y en Rusia, donde la intensidad del frío ha hecho buscar una materia que no fuera susceptible de congelarse. Las bujías se introducen en unos estuches terminados por linternas que se colocan en el tabique de separación de los departamentos. En el fondo del estuche va un resorte que oprime constantemente la bujía contra el orificio superior, obligándola a elevarse a medida que se consume. Este sistema de alumbrado es cuarenta veces más caro que el del aceite y este es el principal obstáculo para su generalización.

El alumbrado por aceite vegetal es el más usado a causa del poco precio de las instalaciones que necesita, de que se pueden emplear mecheros de poca intensidad y de que su empleo no presenta ningún peligro. Empléense generalmente lámparas de mechero plano y nivel muerto, pero últimamente se van adoptando lámparas ele mechero redondo que dan excelentes resaltados, pues producen una luz que permite leer fácilmente en todos los puntos del departamento y su consumo de aceite no es mas que de 43 gramos por Carcel y por hora, en lugar de 63 gramos que suelen consumir las lámparas de mechero plano. Además tienen la gran ventaja de que no haya necesidad de tocarlas en un período de 13 a 18 horas.

Las lámparas de aceite se colocan generalmente en el techo de los vagones, en un punto en que la llama no pueda herir directamente con su luz la vista de los viajeros.

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