El alcoholismo crónico

El abuso habitual de las bebidas alcohólicas, y más bien que del vino y de la cerveza, de los aguardientes y licores, determina trastornos digestivos, circulatorios, respiratorios y en los aparatos genito-urinario, locomotor y nervioso, que se acentúan hasta llegar el sujeto a la caquexia alcohólica, si antes no sobreviene la muerte por alguna lesión predominante.

1° Aparato digestivo:
La boca suele estar roja y seca y la lengua blanquecina o amarillenta, por la influencia del catarro del estómago. Este órgano presenta las alteraciones de la inflamación catarral primero y parenquimatosa más tarde. El hígado, asiento de una congestión permanente, llega a experimentar con frecuencia la degeneración esclerosa o bien la esteatosis. Estas lesiones, que no son las únicas, explican la inapetencia habitual de los alcohólicos, loa vómitos glerosos que se producen en ayunas, coloreados algunas veces por la bilis. La diarrea alterna con la constipación; hay cólicos y borborigmos; la tensión del abdomen y la flatulencia son habituales. La ictericia aguda de los borrachos (Leudet) difiere por su gravedad de los demás fenómenos hepáticos agudos que pueden sobrevenir en los bebedores de profesión (catarro biliar, congestiones hepáticas, etc.); esta ictericia se acompaña de síntomas nerviosos y gástricos, con adinamia rápida y profunda, síncopes y muerte en el coma.

2° Aparato urinario y genital:
Las lesiones más frecuentes son: la cirrosis renal y la nefritis parenquimatosa. La secreción urinaria está disminuida. Los testículos se atrofian a veces; sobreviene una senectud prematura del aparato genital. Las estadísticas de Lippich prueban la menor fecundidad de loa alcohólicos.

3° Aparato circulatorio:
El alcoholismo es una de las causas más frecuentes del ateroma arterial. La degeneración grasosa del corazón y la endocarditis crónica, son lesiones tardías del alcoholismo. Al principio sólo se observan alteraciones funcionales, palpitaciones cardíacas, congestiones pasajeras en diversos órganos, disnea, ligera aceleración del pulso, etc. Las alteraciones de la sangre constituyen la anemia aguda de los bebedores.

4° Aparato respiratorio:
La hiperemia y el catarro crónico de la laringe y de los bronquios, explican la voz ronca, afónica, áspera o cavernosa y la disnea de los borrachos. La neumonía alcohólica ofrece caracteres especiales. Magnus Huss señaló el enfisema pulmonar y la esclerosis del pulmón.

5° Aparato locomotor:
Los músculos se atrofian y sufren la degeneración grasosa; la fatiga es rápida, hay debilidad e incertidumbre en los movimientos; las mialgias, los calambres y las artralgias, indican más bien alteraciones nerviosas.

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