El adverbio como hábito y el modo adverbial como acto

Al tratar de este particular, no podemos por menos de poner de bulto y relieve una opinión del abate Beauzée, que nos apresuramos a calificar de ilusa y visionaria en alto grado.

Sabido es que la mayor parte de los llamados adverbios (si no todos) se resuelven en una preposición y un nombre, pues en rigor no pasan de ser unas formas elípticas que expresan una relación junto con su término: de ahí, que maliciosamente, arriba, etc., puedan descomponerse en con malicia, en alto, etc.; de ahí también el que a esta segunda y más analítica forma se le adjudique la denominación de modo, frase o locución adverbial, idéntica en su significación a la forma que condensa, sintetiza o contrae estas palabras, o séase al adverbio.

Pues bien, el delirio de Beauzée, tan aventajado gramático por otra parte, llega al extremo de sentar la teoría siguiente, que procedemos a traducir con la mayor fidelidad:

“ Por lo demás, aunque se diga que la frase adverbial es equivalente al adverbio, no se vaya a creer que ambas locuciones sean absolutamente sinónimas, y que la diferencia que entre ellas existe resulte tan sólo de la diversidad de sonidos, pues la repugnancia que naturalmente manifiestan todas las lenguas a una sinonimia perfecta, que sólo conduciría a enriquecer un idioma con sonidos inútiles para la precisión y claridad de la expresión, da lugar a que se presuma cómo la frase adverbial y el adverbio han de diferir entre sí mediante algunas ideas accesorias. Por ejemplo, yo me inclinaría a creer que, cuando se trata de establecer oposición entre el acto y el hábito, el adverbio es más a propósito para significar el hábito, y la frase adverbial para indicar el acto; y así, diría yo: Un hombre que se comporta JUICIOSAMENTE no puede lisonjearse de que sean hechas CON JUICIO todas sus acciones.”

Ahora bien, a poco que reflexione cualquiera acerca del particular, no tardará en echar de ver que semejante opinión no pasa de ser una cavilosidad: cavilosidad basada en el supuesto erróneo de no existir verdadera y rigurosa sinonimia, como se demostrará en su lugar de un modo harto satisfactorio y convincente, contra la creencia común.

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