El acto funcional de la acomodación está manifiestamente ligado por relaciones definidas al acto de la convergencia mutua de los ejes ópticos. J. Müller y Porterfield admitían entre las fuerzas que presiden al ejercicio de estas dos funciones una sinergía absoluta. Estudios ulteriores han desautorizado esta opinión teórica más bien que experimental.

Haciendo mirar a diferentes sujetos un punto de mira aproximado gradualmente al ojo por movimientos correspondientes a 1/6 de la acción acomodativa total, se ha interpuesto una serie de lentes cóncavas y anotado las longitudes focales máximas de estas lentes que permitían la visión distinta del objeto que servía de mira y de punto de cruzamiento de la convergencia estudiada. Así se tenía el medio de determinar para cada ojo la extensión parcial de la acomodación compatible con el grado de convergencia.

El resultado de estas investigaciones ha contradicho la opinión de Porterfield y de Müller. De los estudios de Van Deen, Donders, Moleschott, resulta que los ojos en acción asociada aumentan en 1/6 la extensión total de su acomodación individual; esto es, si cada ojo individualmente puede desplegar una fuerza de acomodación representada por 1/4, actuando en acción asociada de convergencia puede desarrollar una fuerza refringente de ¼ + 1/24, es decir que si aisladamente ven con claridad a cuatro pulgadas, asociados verán aun distintamente a 3 pulgadas 3/7.

La latitud de acomodación binocular no debe confundirse con la línea de acomodación de Czér-Hack, que está formada por la serie de puntos que pueden ser vistos claramente y al mismo tiempo cuando el ojo esta acomodado para una distancia dada.

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