El acta en la legislación y la historia

Relación escrita en la que se hace constar el resultado de una elección, o se consignan en extracto los hechos más notables y las palabras más importantes ocurridas y vertidas en las asambleas, juntas, tribunales, y en toda reunión que discute y decide.

También se llama acta el documento en que consta el juicio verbal, el acto conciliatorio y en general los actos judiciales y administrativos. Los centros literarios, las asambleas políticas, las asociaciones de todas clases, las corporaciones administrativas y los consejos, levantan acta de sus discusiones y acuerdos.

Es necesario que una vez redactadas recaiga sobre ellas aprobación para que tengan valor legal y fuerza obligatoria, según su clase, y los efectos que les atribuyan las leyes las constituciones y reglamentos por que se rijan las corporaciones.

Los romanos llamaban acta senatus a la relación escrita de las sesiones y de los trabajos del Senado; acta consistorii a los edictos y decisiones del Consejo de los emperadores, y acta diurna al diario que se llevaba en Roma de los sucesos, el cual se fijaba en los sitios públicos. Se llamaban actas las relaciones que hacían los magistrados romanos de los procesos y sentencias que dictaban, y de los sucesos que ocurrían en sus respectivas jurisdicciones y provincias. Acta de Pilatos se llama a la narración que éste formó y remitió a Roma de los sucesos, proceso y muerte de Jesucristo.

En Francia se llamó acta constitucional a la constitución de 1791 y a la del año II de la República; y acta adicional a la constitución del Imperio, a la ley de 22 de abril de 1818. En Inglaterra recibe el nombre de bill todo proyecto de ley aprobado por las Cámaras, el cual toma el nombre de acta el día que obtiene la sanción de la Corona. En 1815 publicó en París Federic Schoell, consejero áulico, las actas del Congreso de Viena.

Volver a ACTA – Inicio