El acero en las construcciones navales

El empleo del acero en las construcciones navales ha sido aplicado por primera vez en Inglaterra en 1859 para el casco de buques de regulares dimensiones. En 1860 y 1861 se botaron al agua cinco paquebots con el casco de acero para hacer el servicio de correos del Paso de Calais. En 1865 el Almirantazgo adoptó el acero para la construcción del buque de guerra Belleroplton, y desde aquella época el número de buques con casco de acero ha aumentado de tal modo que en enero de 1884 había en los arsenales de Inglaterra 116 buques de alto bordo (steamers) con dichas condiciones.

En Francia, el empleo del acero en la marina ha sido más tardío; pero la marcha ha podido por lo mismo ser más segura y el éxito más completo, habiendo sido celebradas con justicia por los hombres más competentes de Inglaterra las construcciones navales francesas hechas con acero en Brest y en Lorient. En el gran acorazado, Le Redoutable, construido en Lorient en 1874, se empleó ya el acero no sólo en la coraza sino en el interior de las bordas, en el acorazado del puente, en las membruras, campanas, y placas de apoyo, y poco tiempo después se construían otros dos acorazados, le Tonnerre, y la Tempéte en las mismas condiciones.

El acero se emplea en las construcciones navales:
1° En palastros para el casco, piezas dispuestas para las aletas de popa y en barras perfiladas de diversas formas para la construcción de los cascos y porciones del interior.
2° En palastros especiales para las calderas.
3° En blindajes de diferentes dimensiones.
4° En piezas de máquinas de formas diversas.

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