El ábaco entre los romanos

Los romanos daban el nombre de ábaco o abáculo (diminutivo) a todo cuadrado decorativo de una habitación, y a todo revestimiento de forma cuadrangular, fuese de mármol o barro, adornado o no de pinturas. Vitrubio da el nombre de ábaco a las láminas cuadradas de bronce dorado con que se cubren los paramentos de las casas suntuosas.
En general recibía el nombre de ábaco toda tabla cuadrada sobre la cual se jugaba a los dados. Por tanto, se llamaba así el juego de Palmípedes, usado entre los griegos, al cual se jugaba con dados y peones.
También era ábaco entre los Romanos otro tablero de juego de cálculo, el ludus latrunculorum (de latrunculus, ladronzuelo, pieza del juego), algo parecido a nuestros tableros de ajedrez.

El ábaco romano consistía en la disposición especial de unas piedrecitas, a las cuales dieron el nombre de cálculos. Parece que este ábaco era de origen egipcio y lo usaron los griegos, si bien los primeros añadían a la significación del número de piedrecitas el de su color, expresando las blancas el haber y las negras el debe; es decir, lo que hoy llamamos cantidades positivas y negativas.

Los romanos enseñaban a todos los jóvenes el uso del ábaco (Véase), que tenía aplicación en las oficinas de hacienda publica del imperio., Llamábase librarius o miniculator al que enseñaba la numeración; tabularius, calculator, conchudor o abacista al que hacía los cálculos con el ábaco, y rationarius al que llevaba lar cuentas. De todos estos nombres, no quedó en Europa más que el de abacista (abaciste en francés, abacist en inglés, abachista o abbachiere en italiano), con el cual llegó a expresarse todo el que manejaba un instrumento de cálculo. En España, reemplazamos con diversas palabras la de abacista, según la clase de cuentas y el instrumento usado. Así empleamos las palabras contador, tabularlo, calculador, racionarlo, calculista y tarjador.

Por lo tanto, es abacista quien calcula con un ábaco, el constructor o intérprete de ábacos. Por esta palabra se ha traducido en castellano el oficio de contador, y el de profesor de numeración.

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