Ejemplos de la acción física del agua en las reacciones químicas

Hay reacciones en que la acción del agua no ha podido explicarse suficientemente: he aquí algunos casos.

El ácido cianhídrico y el agua son miscibles en todas proporciones sin que existan más modificaciones aparentes que un descenso considerable de temperatura, que tiene su máximum cuando se mezclan 1 equivalente del ácido y 3 de agua, y que va acompañado de otro fenómeno físico, la contracción de volumen, contracción de volumen que está en oposición con la observación general de que a la contracción de volumen acompaña siempre desprendimiento de calor.

El cloruro mercúrico, ni aun en polvo impalpable es soluble en el ácido cianhídrico; pero si se añade agua a la mezcla, la disolución se verifica inmediatamente con elevación de temperatura, circunstancia tanto más notable cuanto que una sal al disolverse produce descenso de temperatura.

Así, pues, en presencia del agua, el sublimado y el ácido cianhídrico ejercen entre sí una acción enérgica, pues hay disolución, elevación de temperatura y el punto de ebullición se retarda. Y sin embargo, aquí no se trata más que de una simple disolución, porque realmente no se produce ninguna combinación química.

El ácido cianhídrico, puesto en presencia del cloruro mercurioso, no reacciona; pero si se añade a la mezcla un poco de agua, inmediatamente aparece una coloración negra, parte del mercurio queda en libertad y en el líquido se encuentra cloruro mercúrico.

Como ejemplos curiosos de la influencia del agua en las reacciones químicas es de notar que el ácido nítrico, de densidad 1,42, no ataca al estaño, pero lo verifica con intensidad si se añade agua. El ácido acético cristalizable reacciona peor que el más diluido.

Kuhlmann puso barita recientemente calcinada en contacto del ácido sulfúrico fumante y no se verificó la reacción; pero bastó para que se produjera, la absorción de la humedad atmosférica.

Para que el ozono pueda reaccionar con la energía que lo hace, es necesaria la presencia de la humedad.

Cuando un cuerpo capaz de cristalizar está en solución en el agua y por un medio cualquiera, como la evaporación, se sustrae parte del disolvente, se depositan cristales, que son tanto mayores cuanto la evaporación es más lenta. En el caso en que estos cristales no retengan agua, se dice que son anhidros. Si la cristalización es rápida, puede quedar interpuesta un poco de agua entre los cristales; pero esta agua de interposición no se encuentra más que accidentalmente, y puede separarse por una simple acción mecánica. Mas un gran número de sales solubles se combinan, al cristalizar con una o más moléculas de agua que recibe el nombre de agua de cristalización.

La temperatura ejerce en este caso una acción notable: así el sulfato sódico es anhidro cuando se deposita de una solución cuya temperatura es superior a 33°, y a más baja temperatura retiene diez equivalentes de agua. Y de una manera general puede decirse que los cristales contienen tanta mayor cantidad de agua cuanto a más baja temperatura se forman.

Los sulfatos de magnesia, zinc, hierro, manganeso, que contienen 4, o y 7 equivalentes de agua, pierden estos equivalentes por la acción del calor.

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