Efectos del azufre en la fisiología

Ingerido el azufre puro se comporta casi como un polvo inerte; sólo una mínima cantidad se transforma en el conducto intestinal en hidrógeno sulfurado y en sulfuros alcalinos solubles por la influencia de los jugos pancreático e intestinal, que tienen reacción alcalina, y por el contacto con las sustancias albuminosas descompuestas que se hallan en el intestino delgado.

El sulfuro alcalino formado irrita ligeramente la mucosa intestinal y aumenta el movimiento peristáltico del intestino, de lo que puede resultar algún dolor de vientre y deposiciones blandas.

Parte del hidrógeno sulfurado producido en el tubo intestinal pasa por difusión a la sangre, en la que se transforma en sulfuro alcalino por la acción de los carbonatos y fosfatos básicos alcalinos que en ella existen, y por la acción del oxígeno el sulfuro alcalino se convierte en sulfito y sulfato alcalinos.

La sangre y la carne de los animales sometidos a la ingestión del azufre, toman olor sulfuroso.

Al ser expulsados por la piel los sulfuros alcalinos, se descompone por la secreción de las glándulas sudoríparas desprendiéndose hidrógeno sulfurado, y lo mismo ocurre en el epitelium pulmonar y bronquial por la acción del ácido carbónico.

El azufre ingerido en forma soluble en la sangre y los tejidos, se elimina casi en totalidad por la orina en forma de sulfatos.

Los efectos generales del azufre, debidos principalmente a la acción del hidrógeno sulfurado sobre la sangre y los centros nerviosos, muy rara vez son considerables, pues los accidentes graves que por excepción se han observado, deben atribuirse más bien al arsénico y al selenio que suelen impurificar el azufre. Sin embargo, Beta, Emminghaus, etc., consignan algunas observaciones, según las cuales puede desarrollarse en determinadas circunstancias en el conducto intestinal una gran cantidad de hidrógeno sulfurado, cuyos efectos se manifiestan por pesadez de cabeza, vértigos, pulso pequeño y frecuente, dolor epigástrico, cólicos y diarrea.

El azufre parece activar, aunque poco, el movimiento nutritivo, pues Blecker ha observado algún aumento en la urea y en el ácido úrico de la orina por la acción de este medicamento. Parece probar el aumento de la desasimilación el adelgazamiento que se observa frecuentemente por el uso de las aguas sulfurosas naturales y que debo atribuirse principalmente a los sulfures alcalinos y térreos.

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