Dificultades en la aclimatación de los vegetales

Sin embargo, el trabajo de la aclimatación de los vegetales es dificultoso y larguísimo; al tratar de casos concretos, muchísimas tentativas han fracasado, unas veces por falta de medios, otras por no conocer perfectamente la organización y necesidades del vegetal, y algunas por demasiada precipitación quizás en tratar de conseguir el resultado. Pero al lado de estos casos difíciles, se encuentran otros en que la aclimatación y connaturalización se han verificado con gran facilidad, muchas veces espontáneamente y a veces con gran energía.

En Groenlandia la algarroba multiflora (vicia cracca) ha sobrevivido a los inmigrantes europeos que la llevaron consigo, creciendo hoy por entre las ruinas de las colonias europeas, viéndosela florecer y fructificar en lugares cuya ruda temperatura no ha podido el hombre resistir.

El crisanto (crysanthum segetum) que pertenece a la flora de las comarcas europeas de temperatura suave y que se halla muy abundante en las llanuras francesas, se ha connaturalizado por sí mismo en Suecia en los alrededores de Haliustad a los 57° latitud norte; al contrario, una crucífera de Rusia, la buserias orientalis, se encuentra espontánea en el bosque de Bolonia desde la invasión cosaca de 1815; el llantén está hoy connaturalizado en toda América, habiendo seguido las huellas de la colonización europea.

Del mismo modo hoy se encuentra viviendo perfectamente en Europa el árbol de Judea, de Asia, el ailanto del Japón, la robinia de Virginia, los plátanos de las regiones templadas de Asia y América, el heliantus tuberosas o sea la patata del Brasil, que ofrecen ejemplos notables de aclimatación y de connaturalización.

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