Diagnóstico de los aneurismas circunscriptos

Los síntomas de los aneurismas circunscritos son ordinariamente tan característicos, que sólo una exploración incompleta y un juicio precipitado puede confundirlos con otros tumores sólidos o líquidos. Hay, sin embargo, casos en que la confusión es posible.

Carle ligó la axilar tomando por aneurisma un neuroma del mediano; Dupuytren, Boyer y Holmes han abierto aneurismas con el bisturí confundiéndolos con abscesos. En estos y otros casos semejantes que registra la ciencia, los síntomas de los tumores aneurismáticos podían estar de tal modo velados que el diagnóstico diferencial fuese imposible.

Concíbese que un aneurisma lleno de coágulos no de al examen, ni latido, ni expansión, ni thrill, ni los demás signos diagnósticos; si además el tejido celular que envuelve al aneurisma está inflamado, la confusión con un flemón o con un absceso es sumamente fácil. Otras veces un tumor sólido o líquido, situado sobre el trayecto de un vaso que le comunica sus latidos, puede simular un aneurisma.

Pero hay que confesar que no siempre se apura todo lo debido la investigación de los caracteres diferenciales. El estudio esfigmográfico de la circulación en el extremo periférico de la arteria que se supone enferma, comparada con la sana, puede resolver casos difíciles.

Como recurso extremo, puede practicarse la punción exploradora recomendada por Fort, aunque Richet la desaprueba.

En general el diagnostico de los aneurismas depende en los casos oscuros, de que pase por la mente del médico o del cirujano la posibilidad de su existencia.

Los síntomas de vecindad son muy importantes en el diagnóstico de los aneurismas internos.

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